Las vacaciones son un momento de relax en el que los buenos hábitos tienden a quedar en segundo plano. Pero, si a todos nos pasa, los más pequeños no van a ser menos: en verano todo tipo de actividades beneficiosas, entre las que se incluyen las de higiene bucodental, tienden a relajarse. Sin embargo, del mismo modo que los adultos encaran el noveno mes del año con nuevos propósitos y rutinas saludables, los niños también pueden, y la mejor forma de empezar es visitando al odontopediatra.
Las revisiones son una forma de mantener la salud: permiten detectar y corregir cualquier problema bucodental que haya surgido durante las vacaciones, ayudan a prevenir y tratar afecciones como caries o gingivitis y facilitan el refuerzo de rutinas de cuidado bucal para el nuevo curso.
"El cepillado debe hacerse al menos dos veces al día, preferiblemente después del desayuno y antes de acostarse, y para ello se recomienda utilizar un temporizador"
Precisamente estas rutinas son determinantes para prevenir todo lo demás. Los pequeños deben volver a incorporar hábitos saludables, empezando por seguir dietas equilibradas ricas en frutas, verduras, grasas saludables y proteínas. Mantener un estilo de vida activo y la educación en valores saludables son también buenas formas de mantener una buena salud bucodental. Pero, por supuesto, nada de esto tiene sentido sin una buena higiene.
“El cepillado debe hacerse al menos dos veces al día, preferiblemente después del desayuno y antes de acostarse, y para ello se recomienda utilizar un temporizador o hacer que los niños se cepillen durante el tiempo que dura su canción favorita, lo que hace el hábito más divertido”, explica el Dr. Javier Girón de Velasco, director general de Moonz. El experto aconseja preparar un kit dental, que incluya un cepillo de dientes adecuado para la edad del niño, una pasta dental con la cantidad de flúor adecuada y seda dental.
LA VUELTA AL COLE, UNA ETAPA DETERMINANTE
En algunas ocasiones, aunque los niños tengan buenos hábitos, es posible que experimenten estrés o nerviosismo debido al regreso a la vida escolar. Esto puede derivar en consecuencias para la salud bucodental de los más pequeños. “El rechinar o apretar los dientes puede causar desgaste dental y otros problemas. Además, el estrés puede llevar a descuidar la higiene bucal, aumentando el riesgo de caries. Es importante que los odontólogos asesoremos a los padres sobre cómo gestionar estos problemas, ya sea tanto con la recomendación de especialistas que ayuden a tratar la causa como con tratamiento bucodental”, reconoce el experto.
“Es aconsejable realizar la primera visita al ortodoncista antes de los seis años, con el fin de que podamos identificar y corregir con soluciones más sencillas cuanto antes cualquier alteración esquelética o de espacio”
Por otro lado, la vuelta al cole también incrementa el riesgo de que los niños sufran traumatismos dentales. En caso de que esto ocurra, es fundamental mantener la calma y, si un diente o parte de él se ha desprendido, es importante cogerlo. A continuación, se debe colocar en un frasco con agua, leche o saliva, y acudir al odontopediatra lo antes posible.
¿CUÁNDO ACUDIR AL DENTISTA?
Lo cierto es que los especialistas suelen recomendar que los niños visiten al odontopediatra por primera vez a los tres años de edad, siempre y cuando no existan motivos de consulta anteriores, como un traumatismo o un bebé que haya nacido dentado y no se le pueda amamantar. En cuanto al ortodoncista, “es aconsejable realizar la primera visita antes de los seis años, con el fin de que podamos identificar y corregir con soluciones más sencillas cuanto antes cualquier alteración esquelética o de espacio”, concluye el doctor.