Ya consideramos a las generaciones más jóvenes como los nativos digitales, pues desde que los niños son pequeños aprenden a utilizar los distintos aparatos y programas electrónicos casi de forma innata y sin necesidad de explicaciones. Pero por sorprendente que sea su destreza, hay unos riesgos importantes para su salud que ya hemos abordado en Estetic y que van desde las alteraciones de sus ritmos circadianos por la luz de las pantallas hasta el desarrollo del cerebro y sus capacidades.
Hoy queremos profundizar en otro de los problemas asociados al uso temprano de las pantallas, que afecta a su forma de relacionarse con el mundo. ¿Cómo modula el uso de las pantallas la forma de sociabilizar de los niños? Nos lo explica en exclusiva Laura Cloux Valle, logopeda y profesora de la Universidad Europea de Madrid.
LAS PANTALLAS AFECTAN A LA SOCIABILIZACIÓN DE LOS NIÑOS
En palabras de la experta, “las relaciones sociales se deben de aprender mediante la observación e imitación del entorno”. El problema nace cuando el niño no está pendiente de los mayores mientras sus padres sociabilizan por ejemplo, durante una comida, pues muchas veces optan por tenerle entretenido con una pantalla: “No va a poder aprender estas habilidades, que en principio son innatas, para después reproducirlas”.
Esta situación entra en conflicto con nuestra propia naturaleza, pues “los seres humanos somos seres sociales y esto implica que necesitamos de la relación con otros iguales para funcionar de manera correcta”. La logopeda nos recuerda que ese ‘funcionamiento de manera correcta’ no solo incluye el desarrollo de un sistema cognitivo adecuado, sino también afectivo-emocional, que es la parte que cubren nuestras relaciones sociales.
“Las relaciones sociales se deben de aprender mediante la observación e imitación del entorno”
“Son muchos los estudios que han podido comprobar que aquellas personas que se encuentran en una situación de pobre relación social, son más infelices que aquellas que poseen una gran red social y de soporte”, nos dice la experta. Y el uso de las pantallas está detrás del problema, pues “los niños no están aprendiendo a relacionarse entre ellos y tampoco están desarrollando habilidades que les permitan pasar tiempo de calidad con sus iguales en sus diferentes etapas, ya sea en un inicio de juego en paralelo o juego compartido, así como en relaciones más avanzadas propias de adolescentes”.
¿CÓMO INTRODUCIR EL USO DE PANTALLAS A LOS MÁS PEQUEÑOS?
Los expertos coinciden en que la utilización de los dispositivos electrónicos en edades tempranas conlleva riesgos para el correcto desarrollo del niño. Sin embargo, esto no quiere decir que no deban usarlos. De hecho, es favorable que puedan ir introduciéndolas en su rutina de forma controlada. En línea con la American Academy of Pediatrics (AAP), la experta recomienda lo siguiente:
- Niños menores de 18 meses: no emplear en absoluto las pantallas y antes de los 24 meses, si se emplean, debe ser contenido digital de calidad y verlo siempre en compañía del adulto.
- Niños entre 2-5 años: uso limitado de 1 hora al día y, de nuevo, siempre acompañado y supervisado por el adulto.
- Niños de 6 a 18 años: no pasar de las dos horas. Deberá comenzar siendo supervisado y regulado y, poco a poco, a medida que el niño adquiera estrategias y responsabilidad, dejar cierta autonomía de uso. Pero siempre y cuando con la posibilidad de supervisar y revisar posteriormente el empleo que se ha realizado durante las dos horas en las que haya estado expuesto.