Cuando un bebé llega al mundo, es normal que se convierta en el centro de atención de todos los mimos y cuidados. Y cuando le aparecen pequeños problemas, también es lógico que nos alarmemos, porque lo que más nos importa es su bienestar. Sin embargo, hay veces que son tantas las cuestiones de salud a las que tenemos que prestar atención y que pueden desarrollar que, por puro desconocimiento, no sabemos si es una afección grave o no.
Esto es lo que precisamente podría suceder si vemos un bulto en el ombligo de nuestro pequeño. Aunque puede resultar aparatoso y asustarnos un poco, se trata simplemente de una hernia umbilical. Al igual que las personas mayores podemos desarrollar un pequeño saco en el abdomen que se escapa entre algún área débil de la musculatura abdominal, los bebés también pueden manifestar este saquito en la zona del ombligo. Pero hoy te contamos por qué, en principio, este problema no debería ser grave y cómo debes proceder en el caso de que tu hijo o hija tenga una hernia umbilical.
¿QUÉ ES UNA HERNIA UMBILICAL?
Como todos sabemos, el ombligo es la zona que conecta al bebé con la placenta dentro del útero materno a través del cordón umbilical, por el cual recibe el feto recibe el oxígeno y los nutrientes para crecer. Después del parto, el cordón umbilical se suele cortar para que el bebé se desprenda de la placenta y queda una especie de muñón que se va cerrando solo con el paso de los días. Sin embargo, no siempre sucede así.
“Si más allá de los cuatro años sigue estando abierta la pared abdominal, es cuando se opera”
En algunos bebés, esa cavidad no se cierra bien de forma natural y, en consecuencia, aparece un abultamiento en la zona del ombligo por la que se cuela una pequeña parte de los órganos internos del niño, en concreto los intestinos, todo ello por la debilidad de los músculos abdominales por los que en su momento conectaba el ombligo con el cordón umbilical. Pueden ser unas hernias grandes si miden más de 4 centímetros, medianas si están entre los 2 - 4 centímetros y pequeñas si son inferiores a 2 centímetros.
¿CÓMO PROCEDER SI MI HIJO TIENE UNA HERNIA UMBILICAL?
Estos bultos son inofensivos en la práctica mayoría de los casos, más bien suelen ser considerados un problema estético, que no causa dolor en el bebé. La pediatra Lucía Galán Bertrand, popularmente conocida en redes sociales como (@luciamipediatra), ha mostrado a través de Instagram un ejemplo de hernia umbilical en un bebé de dos meses, para que podamos ver visualmente cómo se manifiestan:
Además, la pediatra nos ha contado cómo debemos proceder si nuestro bebé tiene una hernia umbilical. “La inmensa mayoría de las veces se resuelven por sí solas y no hay que hacer nada, ni siquiera hay que meterla para adentro”, ha explicado. También señala que “no hay que poner ni tiritas ni vendas”, ya que generalmente se meten ellas mismas con el paso de los meses, aunque advierte de que hay que aislar cada caso. Lo ideal es que el médico del niño haga un seguimiento durante sus visitas rutinarias.
Si el problema persiste con el paso del tiempo, cuando “más allá de los cuatro años sigue estando abierta la pared abdominal, es cuando se opera”. Se trata de una intervención sencilla y que elimina el problema, de gran utilidad todo en casos en los que resulte molestas para el bebé, pero en la mayoría de los casos estas hernias suelen cerrar por sí solas antes de los 6 meses. Se trata simplemente de que cada niño va a un ritmo diferente y algunos pueden tardar más en cerrar.