Los pies se encargan de sostener el peso del cuerpo sobre el suelo. En ese aspecto, los niños se pasan una gran parte del tiempo corriendo y jugando, lo que hace que el cuidado de los pies durante la infancia sea un aspecto esencial a vigilar. Cuanto más pequeño es un niño, más conviene controlar su pisada a medida que va creciendo. Así, la detección y corrección de malos hábitos puede llevarse a cabo antes y evitar futuras lesiones.
Desde el Colegio Oficial de Podología de la Comunidad de Madrid (Copoma) advierten que la tasa de anomalías en los pies de los niños por utilizar un calzado incorrecto es muy alta. Ante ello, el diagnóstico precoz y la divulgación de información verificada por profesionales, como los podólogos, es esencial para conocer todo lo necesario a la hora de comprar calzado infantil.
No solo hay que asegurarse de que la talla es la adecuada, sino que el zapato debe contar con algunas características que favorezcan el desarrollo del pie. Las desviaciones tendinosas y óseas, así como los juanetes y la mala pisada son algunos de los problemas a los que nos podemos enfrentar si elegimos un calzado poco adecuado para los pequeños.
Los zapatos puntiagudos "amontonan los dedos y desvían el primer dedo, que es el principal estabilizador durante la marcha”
Existen varios mitos entorno al desarrollo de los pies desde la infancia. La podóloga Neus Moya (@neusmoya.podologa) los desmonta en sus redes sociales.
ENDEREZAR EL PIE. Un mito muy común sostiene que los niños deben llevar zapatos que les sujeten el tobillo para enderezar el pie de los pequeños. La podóloga muestra un tipo de zapato alto, como una bota, que es el ejemplo de los supuestos zapatos que ayudan a enderezar los tobillos de los niños. Aunque el calzado debe tener la longitud necesaria para sujetar el pie, un zapato alto no es prioritario. En esa línea, la podóloga lo desmonta: “No hace falta. El pie se endereza ganado tono”. Y es que, esto tiene lugar con el movimiento “al igual que lo hace la espalda”, explica Neus.
ZAPATO CON TACÓN. Muchos piensan que los zapatos deben llevar unos milímetros de tacón para favorecer el desarrollo de la espalda. Un mito que la doctora Moya desmonta: “La espalda se desarrolla por si sola”. Además, el tacón está lejos de aportar algún beneficio, puesto que lo único que provocará será la aparición de curvas anómalas, según Neus aclara.
PLANTILLA CON ARCO Otra leyenda es que las plantillas con arco favorecen la formación del puente del pie. Neus apela a un estudio reciente que determina que el puente se desarrollará independientemente de si tiene el bulto en la plantilla o no. En ese sentido, el “riesgo de que lo tenga y le moleste, es innecesario”, aconseja la podóloga.
PUNTERA ESTRECHA. A diferencia de lo que muchos opinan, “la puntera importa y mucho”, subraya Neus. Llevar zapatos muy puntiagudos, o una mala puntera, como determina la podóloga, “amontona los dedos y desvía el primer dedo que es el principal estabilizador durante la marcha”. Además, una puntera flexible siempre va a beneficiar y facilitar el movimiento del piel al andar.
CALZAR ANTES DE TIEMPO. Una de las recomendaciones más populares tiene que ver con “calzar al niño en cuanto se pone de pie para que se arranquen a caminar”, algo que Neus desaconseja: “Lo harán cuando estén preparados, no hay prisa”.