Miel o espinacas, estos son algunos de los alimentos que una pediatra recomienda evitar

La alimentación de los niños va cambiando a medida que crecen, aunque hay algunos ingredientes prohibidos en los primeros meses de vida por su implicaciones en la salud. Ante ello, una pediatra explica cuáles son y por qué.

Bebé comiendo brócoli (Foto. Freepik)
Bebé comiendo brócoli (Foto. Freepik)
22 agosto 2024 | 15:00 h

La alimentación de los niños es un aspecto que preocupa a los padres, sobre todo a los primerizos, desde el primer momento. En ese sentido, existen muchos mitos relacionados con la nutrición infantil como la restricción de determinados grupos alimenticios.

Los pediatras desaconsejan ofrecer a los niños algunos ingredientes por las posibles repercusiones negativas en su salud a largo plazo, especialmente durante los primeros meses de vida cuando conviene extremar precauciones. Ante las dudas, la pediatra Laura Álvarez (@lapediatralaura) explica, en sus redes sociales, los alimentos que conviene evitar y a qué edades.

MENORES DE 12 MESES

La pediatra comienza hablando sobre los productos lácteos: “Hasta los nueve meses, debemos evitar el yogur y queso”. Y es que, hasta los 12 meses se puede consumir en poca cantidad, aunque si toma leche materna no es obligatorio. Mientras que, a partir del año ya puede probar la leche de vaca entera. El principal alimento de los bebés es la leche, ya sea materna o de fórmula. Pero no es aconsejable ofrecer leche de vacas a los bebés menores de un año por el exceso de proteínas y minerales que pueden sobrecargar el trabajo de sus riñones.

Según las recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), las verduras de hoja verde ricas en nitratos como las acelgas o las espinacas, deben ser evitadas en menores de 12 meses. La doctora Álvarez explica que en el caso de la borraja, hasta los tres años, debido a su alto riesgo de metahemoglobinemia o Síndrome del bebé azul, entre otros trastornos.

El principal alimento hasta los 12 meses es la leche materna o de fórmula

La miel, mejor evitarla en menores de un año por el riesgo de padecer botulismo. Aunque la prevalencia de esta enfermedad es reducida, sus consecuencias son fatales. Y es que, este ingrediente puede contener unas esporas tóxicas que paralizan los músculos del bebé cuando llegan a su inmaduro intestino, resultando en dificultad para comer o respirar.

En cuanto a los zumos e infusiones, también es conveniente evitarlas en menores de un año. Esto se debe al potencial de riesgo de desplazamiento del consumo de leche. Además, las infusiones pueden causar infecciones, sobre todo las comerciales que, contienen mucho azúcar.

A PARTIR DE LOS DOS AÑOS

De acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pediatra recalca que se aconseja evitar el azúcar y la sal hasta los dos años de edad. Concretamente, la sal tiene efectos negativos en los riñones de los menores, afectando a su proceso de maduración.

A la hora de cocinar, no se debe usar sal para sus comidas y en caso de ofrecer potitos, conviene revisar su etiquetado y tener en cuenta los niveles de sal. Siendo alto el contenido a los 1,25 gramos de sal o 0,5 gramos de sodio por cada 100 gramos del producto. Mejor, buscar aquellos artículos con un contenido bajo en sal: menos de 0,25 gramos o 0,1 gramos de sodio por cada 100 gramos.

El azúcar, por su parte, no es beneficioso a ninguna edad. No solo tiene propiedades cancerígenas, sino que tiene una actividad desmineralizarte y no aporta nada desde el punto de vista nutricional. Lo mejor es retrasar su introducción lo máximo posible y prohibirlo hasta el primer año.

SEIS AÑOS O MÁS

Laura subraya que debemos evitar las cabezas de gamba y los cangrejos por su alto contenido en cadmio. Este metal tiene especial facilidad para acumularse en el organismo, ocasionando varios daños a largo plazo sobre el hígado y riñones. Ante ello, mejor evitarlos en toda la infancia y limitar su ingesta en la adultez.

Para los más mayores, la pediatra puntualiza sobre los alimentos con riesgo de atragantamiento, que se deben evitar entre los cuatro y los cinco años. Los frutos secos o las manzanas, son algunos de ellos. No obstante, podemos ofrecer frutos secos molidos a partir de los seis meses y aprovechar sus beneficios nutricionales, pero nunca antes de los seis años según la advertencia de asfixia por parte de la Asociación Española de Pediatría (AEEP). Por su parte, las tortitas de arroz o la bebida de arroz, tampoco son recomendables en menores de seis años.

Hasta los diez años, es recomendable evitar pescados altos en mercurio como el atún rojo, el emperador o el cazón. De hecho, el consumo de este tipo de pescados debe estar limitado y controlado hasta los 14 años de edad, ya que el mercurio puede acumularse en el organismo y producir daños cerebrales.

Finalmente, los alimentos crudos o cocinados con alcohol se deben evitar durante toda la infancia. Por ejemplo, el sushi, no es recomendable a ninguna edad debido a su difícil digestión y riesgo de transmisión del anisakis. La única manera de evitarlos es cocinándolo. Con los tartares o carne cruda, en general, se recomienda evitarlos en toda la infancia y limitarlo en la vida adulta, pues el riesgo de intoxicación alimentaria como la salmonelosis o la listeria son muy altos.

 

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