Con la llegada de la primavera, los casos de alergia primaveral resurgen y muchas personas sufren los síntomas que varían desde la rinitis, el asma o picor de ojos hasta la astenia. También conocida como la polinosis, la alergia al polen es la tipología más común en todo el país. Es una respuesta del sistema inmunitario cuando nos exponemos a sustancias a las que somos sensibles.
En España, un 30% de la población sufre algún tipo de alergia. Un porcentaje que continúa creciendo, mientras las alergias en niños también siguen al alza. Las estimaciones en la alergia infantil circulan en torno al 20%.
Hablamos con la doctora Paula Ribó, alergóloga en el Hospital Clínic de Barcelona para conocer las claves sobre la alergia estacional en niños.
¿LA ALERGIA SE HEREDA?
Paula nos explica que el niño va a tener una carga genética de parte de sus progenitores: “Vamos a heredar el 50% de cada uno”. Cuando ambos padres tienen una alergia, el niño será alérgico, pero no tiene por que ser a la misma sustancia.
La alergóloga nos cuenta cómo un niño puede heredar la carga genética, pero no necesariamente la alergia especifica: “Por ejemplo, si el padre es alérgico al polen de ciprés y la madre es alérgica a la proteína leche de vaca; el hijo puede salir alérgico, por ejemplo, al pescado, pero no es necesariamente al ciprés o a la proteína de leche de vaca”.
“La norma número uno de la alergia es evitar el alérgeno”
Le preguntamos a Paula cómo podemos diagnosticar si nuestro hijo es alérgico: “En el caso de los niños, son bastante fáciles”. La población infantil está monosensibilizada, esto quiere decir que tendrán entre una o dos alergias ambientales porque no les ha dado tiempo a exponerse a más alérgenos.
Por eso, el diagnóstico es clínico: mucosidad, resfriados o bronquitis de repetición en cada primavera son algunas de las señales. No obstante, de cara a comenzar un tratamiento como la inmunoterapia o los antihistamínicos, es indispensable realizar un test de Prick y una analítica.
Hay algunos que padecen de múltiples alergias al polen: gramíneas, de maleza o de árbol. Pero, ¿es posible que un niño sea alérgico a todos los pólenes? Paula subraya que “Un niño es alérgico a todos los pólenes a los que esté rodeado”. La alergóloga explica que no hay polen de todos los tipos en un mismo espacio, por eso, un niño está sensibilizado a las partículas que envuelven la zona en la que vive.
De pequeños están monosensibilizados, pero a medida que crecen, es posible desarrollar nuevas alergias y volverse polisensibilizados.
TRATAMIENTOS
El tratamiento más básico para apaliar los síntomas alérgicos son los antihistamínicos. Depende de donde estén los síntomas, la medicación puede ser de cara a tratarlos nasales u oculares. Ribó aconseja corticoides ante un cuadro superior a tres días o de más de tres semanas seguidas: “A día de hoy hay corticoides nasales que son una dosis muy bajitas, que no tienen efectos secundarios que no enganchan no afectan al crecimiento”.
En caso de que no funcione o el niño no responda bien, otra forma de tratar esta afección es a través de la medicación combinada.
Y como último recurso, las vacunas. La doctora subraya que “No hay que esperar a que el niño este fatal” para comenzar con la vacunas. Este método de inmunoterapia específica con alérgenos sirve para inmunizar al niño y modificar el curso natural de la enfermedad, es decir, disminuye paulatinamente los síntomas y la medicación. Además, Paula subraya que existe evidencia científica de que previene de la aparición de nuevas alergias o asma bronquial.
“Tanto en niños como en adultos, es importante que conozcan a qué son alérgicos”
Según Paula Ribó: “La norma número uno de la alergia es evitar el alérgeno”. Así, convivir con los síntomas es más fácil. Con alimentos es más fácil, pero con inhalantes respiratorios puede complicarse porque, según Paula, “son cosas que vuelan y se movilizan a kilómetros de distancia”.
Ante ello, aconseja conocer los calendarios de polinización para estar preparados y saber los niveles de polen, así como la época. De cara a evitar el contacto:
- Conocer las épocas de polinización.
- Aire acondicionado para purificar y secar el aire.
- Ventilar: abrir ventanas por la mañana y por la noche.
- Evitar salir de casa en la media de lo posible.
- Llevar gafas de sol y mascarilla.
- No tender la ropa fuera.
- Ducharse y cambiarse de ropa al llegar a casa.
ALERGIA CRUZADA
La alergia o reactividad cruzada es una reacción inmunitaria que el organismo produce ante las proteínas de algunas sustancias con otras. Cuando una persona es alérgica a una de las dos, el cuerpo reacciona con síntomas alérgicos. Le preguntamos a la Dra. Ribó por esta afección.
Una relación muy habitual es entre alimentos y polen. Un niño alérgico al polen puede notar que le pica la boca cuando ingiere algunas frutas, Paula nos explica que esto se debe a algunas proteínas que comparten y el cuerpo confunde: “En el caso de la gramínea, la sandía y el melón por la profilina”.