La fiebre en los niños es uno de los síntomas que genera mayor preocupación entre los padres. Ver a un hijo con temperatura elevada puede despertar inquietudes sobre su estado de salud y cómo manejar la situación de forma adecuada. Sin embargo, es importante recordar que la fiebre no es una enfermedad en sí misma, sino una respuesta natural del cuerpo frente a infecciones u otras alteraciones. Entender qué la causa, cómo medirla correctamente y cuándo actuar puede ayudar a los padres a manejarla con calma, proporcionando alivio al niño y evitando intervenciones innecesarias.
Es por ello que la Dra. Mar López Sureda, pediatra conocida como @marlopez_pediatra, ha compartido una guía completa en Instagram para despejar dudas y explicar cómo actuar ante este síntoma tan común. Según la Dra. López, no es algo negativo. Al contrario, ayuda al organismo a combatir la infección. En concreto, se considera fiebre cuando la temperatura axilar supera los 37,5°C, y la causa más frecuente en niños son las infecciones.
"Si el peque está contento y no irritable, no es necesario administrarle un antitérmico"
Lo más importante es recordar que no siempre hay que bajar la fiebre. "Si el peque está contento y no irritable, no es necesario administrarle un antitérmico", explica la pediatra. En este sentido lo recomendable es:
- Usa un termómetro para confirmar la fiebre.
- Si el niño tiene buen aspecto, espera y observa.
- Si la fiebre es de 40°C o el niño está irritable, quejoso o tiene dolor, administra un antitérmico para aliviar el malestar, no necesariamente para bajar la fiebre.
- Es importante no alternar paracetamol e ibuprofeno, y siempre calcular la dosis adecuada según el peso del niño.
Un dato clave que señala es que los antitérmicos no siempre reducen la fiebre drásticamente. A veces solo estabilizan la temperatura, evitando que suba más.
Por otro lado, la Dra. López explica las opciones de termómetros disponibles y señala cuáles son más adecuados según la situación. Recomienda los termómetros digitales o de galinstán, especialmente útiles para medir la temperatura en la axila por su precisión. También menciona los termómetros timpánicos o frontales, que pueden ser prácticos a partir de los 4 o 5 años, aunque advierte que su exactitud puede ser menor. Por otro lado, desaconseja el uso de termómetros de tira plástica o chupete debido a su baja fiabilidad.
"Si algo te preocupa, consulta siempre con tu pediatra"
La publicación también enumera cuándo es imprescindible consultar al médico:
- Mal aspecto general, adormilamiento o irritabilidad.
- Fiebre superior a 40,5°C o fiebre en menores de 3 meses.
- Síntomas como convulsiones, dificultad para respirar, manchas en la piel que no desaparecen, vómitos continuos o deshidratación.
"Escucha tu instinto. Si algo te preocupa, consulta siempre con tu pediatra", recuerda la Dra. López, quien enfatiza la importancia de actuar con calma y confianza ante la fiebre.