El cuerpo humano está diseñado para funcionar, pero también para descansar. De hecho, el sueño es un período indispensable de nuestro día a día, que nos permite regenerarnos y reponer energías. Sin embargo, los problemas del sueño son un lastre que avanza en nuestra sociedad. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), un 25% de la población infantil no tiene un descanso de calidad. Una cifra alarmante, que conjuga con el siguiente dato que ofrece la SEN: el 45% de la población sufrirá un trastorno del sueño grave en algún momento de su vida.
La mala calidad e higiene del sueño se están convirtiendo en una herencia indeseada para las futuras generaciones. Afortunadamente, este campo de la salud está ganando cada vez más visibilidad y así lo cree el Dr. Gonzalo Pin, pediatra especialista en Medicina del Sueño: “Los problemas con el sueño y el conocimiento del sueño eran algo oculto, las familias tenían problemas de este tipo, pero no se comentaban. Sin embargo, hoy sabemos que el sueño forma parte de uno de los cuatro hábitos de vida saludable: nutrición, actividad física, efectividad y descanso. Por lo tanto, el sueño es vida”, comenta el experto en referencia a su nuevo libro, “porque nos permite tener una mejor calidad de vida”, dice en exclusiva para Estetic.
El experto está contribuyendo a esa visibilización no sólo como profesional en la consulta, sino también con su labor en redes sociales (@pinarboledasgonzalo) y sus publicaciones. ‘El sueño es vida’ es el último libro del doctor, un manual en el que da respuesta a prácticamente todas las dudas que pueden surgirnos respecto al descanso infantil. “La idea es mejorar el conocimiento y la sensibilización sobre las dificultades con el sueño, aunque sin medicalizar lo que no debería ser medicalizado, ya que hay cosas que son absolutamente normales y fisiológicas, como lo es el descanso”, indica.
ASÍ AFECTA UNA MALA CALIDAD DEL SUEÑO A LOS NIÑOS
Para valorar la calidad del sueño en los más pequeños de la casa, el experto plantea 3 preguntas que deberíamos valorar: cuánto tiempo, cuándo y cómo duerme. Cuando alguna de estas variables se ve afectada, podemos notarlo con diferentes señales. Las más evidentes y primitivas, con “una alteración del control de impulsos del niño y su capacidad de aprendizaje en la escuela”.
“El sueño es transversal para toda nuestra aparatología”
Pero si el problema persiste, es probable que deje de afectar exclusivamente a la conducta, para perjudicar también a el desarrollo biológico del niño: “Se altera el control de la presión arterial, algo que de adultos se sabe que contribuye a los problemas de tensión; afecta también a todo el proceso metabólico, al aparato cardiovascular, existe una mayor predisposición a la obesidad dado que se alteran las enzimas que regulan el apetito, y, además, hay un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo dos”.
En definitiva, “el sueño es transversal para toda nuestra aparatología”, y para que podamos entenderlo mucho mejor, el Dr. Pin lo compara con el “taller de mantenimiento de nuestro organismo”, de tal manera que si no funciona bien, el resto de nuestras capacidades se verán afectadas de forma progresiva.
¿POR QUÉ DUERMEN MAL NUESTROS NIÑOS?
Hemos repasado algunos de los elementos que afectan al descanso de los niños y el mal uso de la tecnología se posiciona como uno de los factores clave. El pediatra quiere dejar claro que “no hay que demonizar la tecnología”, pero sí aprender a usarla de acuerdo a las indicaciones de la a Academia Americana de Medicina del Sueño y la Asociación Española de Pediatría. Estas instituciones recomiendan evitar el uso de las pantallas en los dos primeros años de vida del niño, ya que su mácula ocular no está preparada para recibir esa intensidad de luz. Además, el sistema nervioso central tampoco está preparado para distinguir correctamente las tres dimensiones de la vida biológica natural de las dos dimensiones que ofrecen las pantallas.
“Es triste que se emitan programas de televisión protagonizados por niños o dedicados a ellos que empiezan a las diez y media de la noche porque transmite la idea de que el sueño no es importante”
Asimismo, los dispositivos electrónicos han disminuido la capacidad de espera de los niños, ya que les educan en una respuesta inmediata a la acción. Todo ello, unido a que el uso de la tecnología en las últimas horas del día hace que disminuya la presencia de melatonina en sangre por culpa de su energía lumínica, provoca un retraso en el inicio del sueño y perjudica también a su calidad y duración. Por todo ello, el doctor señala que “lo ideal sería poder enseñar a los niños y familias cómo, cuándo y cuánto usar la tecnología en función de cada edad”.
Por otro lado, el respeto a los horarios de sueño es otro factor fundamental que influye en la calidad del sueño. Un horario regulado y estable entrena al organismo, sin embargo, en fines de semana los padres suelen flexibilizar la hora en la que sus hijos se van a dormir. Según el Dr. Pin, “no hay que ser matemáticos”, pero hay que tratar de que esa flexibilidad en fin de semana “no exceda más de hora y media o dos horas de diferencia”. Los fines de semana pueden ser la excepción, lo importante es que los desajustes en los horarios de sueño no se conviertan en rutina.
MEJORAR EL DESCANSO INFANTIL, TODAVÍA UN RETO
Como adelantábamos anteriormente, sigue habiendo mucho que mejorar respecto al descanso en niños y niñas, pero afortunadamente, cada vez se habla más del problema. Para contribuir a la causa, el pediatra nos expone que “hace falta más formación en sueño entre las familias, los profesionales sanitarios y la sociedad en general”. Para ejemplificar esta carencia, el experto define como “triste” el hecho de que se emitan “programas de televisión protagonizados por niños o dedicados a ellos que empiezan a las diez y media de la noche”, ya que “transmite la idea de que el sueño no es importante”.
"No respetar los ritmos de sueño de la población sale muy caro para el conjunto de la sociedad"
“Somos una sociedad con pobreza de tiempo y, precisamente, cuando una sociedad tiene esta pobreza, a lo primero que le quita el tiempo es al descanso”, se lamenta el doctor, aprovechando para recordar que “no respetar los ritmos de sueño de la población sale muy caro para el conjunto de la sociedad, porque favorece los problemas médicos y un mayor uso del sistema sanitario que, consecuentemente, conlleva un mayor gasto público”.
Para seguir avanzando en la sensibilización social, el Dr. Pin cree que hace falta un mayor esfuerzo de los medios de comunicación, pero también es necesario introducir el sueño en los currículums de formación de los profesionales sanitarios en las facultades de Medicina y de Psicología. Además, su apuesta pasa por poner en valor el descanso como hábito saludable, equiparándolo al ámbito de la nutrición y de la actividad física, pues “cuando la gente o los medios de comunicación hablan de los hábitos de vida saludable, no contemplan el sueño”, concluye el experto.