¿Cómo fomentar la lectura de los niños en vacaciones? Sigue las pautas de la psicóloga Angélica Joya

La psicóloga Angélica Joya recuerda que la práctica de la lectura no es recomendable “hasta que acaba la primera infancia”

La psicóloga Angélica Joya (@impliquo) (Foto. Fotomontaje Estetic)
La psicóloga Angélica Joya (@impliquo) (Foto. Fotomontaje Estetic)
23 junio 2024 | 10:00 h
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Si tus hijos no están ya de vacaciones… Tampoco deben quedarles muchos días para poder disfrutarlas. Termina el curso escolar y, con él, empieza un largo verano en el que, además de descansar, pueden hacer miles de cosas diferentes. Entre ellas, dar rienda suelta al hábito de la lectura. Si no sabes qué libro comprarle o regalarle, no te preocupes, porque hoy en Estetic entrevistamos a Angélica Joya, psicóloga clínica, máster en Psicología Adleriana y Psicopatología, también autora del libro ‘Educar sin desesperar’

Basándose en lo que dice la ciencia, la psicóloga no recomienda la práctica de la lectura “hasta que acaba la primera infancia”, es decir, los 6 años. Lo primordial, en todo caso es “fomentar una buena relación con ‘los libros’ y con todo lo relacionado con ellos”. A partir de este momento, recomienda seguir su mantra: “Todos necesitamos dos cosas fundamentales en la vida: sentirnos conectados y sentirnos significantes”.

De esta premisa se desprende que los padres deben intentar “que la elección de los libros sea  lo más inclusivo y participativo posible”, así como “promover que la lectura sea un espacio donde sus hijos se sientan escuchados y vistos”. Por lo tanto, deshecha la idea de que los adultos impongamos lecturas continuamente, ya que así los pequeños de la casa percibirán el hábito de la lectura y el tiempo que le dedican a ello como “luchas de poder en las que nadie saldrá ganando”. 

"Por cada cosa negativa que les decimos, deberíamos decir 5 positivas si realmente queremos promover una relación positiva entre los niños y la lectura"

No obstante, la experta nos deja algunos consejos que seguro que pueden orientarnos. En primer lugar, indica que los niños de tres años son muy pequeños, por lo que “es muy difícil que opinen directamente”. Aun así, deberíamos “tener en cuenta sus gustos e intereses, las cosas que le pasan en su rutina y sus habilidades”, informa la experta.

Para empezar, recomienda libros más interactivos y resistentes que no se rompan con su manipulación, “de temáticas muy concretas y con poco texto”. Con libros ‘interactivos’, Angélica se refiere aquellos que animen al niño a tener un papel activo, como por ejemplo, que incorporen solapas, que respondan preguntas, que tengan texturas, que lo froten, etc. Así podrán activar distintos estímulos y capacidades.

Conforme van cumpliendo más años y creciendo, los niños deberían ir adquiriendo más voz a la hora de elegir sus libros. Generalmente, “entre los 6 y 8 años, les gusta aprender sobre cómo funciona el mundo o sobre historias de familiares y amigos, y a partir de los 9 años muchas veces les motivan los libros que impliquen resolver algún tipo de misterio, detectives o aventuras vividas en un grupo de amigos”.

"Las comparaciones tienen efectos perjudiciales en la autoestima y a la larga desmotivan y generan competitividad"

No obstante, estas generalidades no tienen por qué corresponder a los gustos de todos los niños. La psicóloga recuerda que “cada peque es diferente y, a veces, para empezar va bien hacer visitas a una biblioteca para que pueda explorar diferentes temáticas tipos de libro, con tranquilidad y sin presión”. Otro consejo que suele gustar mucho es “tener libros que hablen de temáticas que sean actuales para ellos, donde los protagonistas tengan edades parecidas a la suya y estén pasando por situaciones similares”. Como ejemplo, destaca temáticas que hablen de la llegada de un hermano o la entrada en la pubertad.

Por último, también son recomendables los libros que promuevan la conexión adulto-niño. Estos libros suelen hablar del amor incondicional, de las emociones o de las familias que se quieren a pesar de las diferencias. “Estas lecturas pueden llegar a ser terapéuticas y generan sensaciones positivas en todas las personas que participan en el momento de la lectura”, señala.

FOMENTAR EL HÁBITO DE LA LECTURA

Para fomentar el hábito de la lectura, la experta nos deja otrasclaves a tener en cuenta, que pueden desmontar muchas ideas preconcebidas. Se trata de llegar a acuerdos con respecto a estos 4 puntos:

  • No imponer premios o castigos relacionados con la lectura o el aprendizaje.
  • Evitar las comparaciones, por ejemplo, con los hermanos o los compañeros, ya que “tienen efectos perjudiciales para la autoestima y a la larga desmotivan y generan competitividad”.
  • Observar las necesidades e intereses de cada niño, de tal manera que se facilite la adaptación del proceso de aprendizaje y se mejore la relación de los niños y los adultos con la lectura.
  • Darles feedfack de los progresos, por pequeños que sean. La experta recuerda que muchas veces nos centramos en transmitir aquello que los niños tienen que mejorar, pero “invertimos muy poco tiempo en hablar sobre los avances, fortalezas o progresos”. Sin embargo, la ciencia respalda que la motivación contribuye a un mejor aprendizaje: “Las investigaciones dicen que motivamos y crecemos mejor cuando la proporción entre observaciones ‘negativas’ (o por mejorar), en comparación con las observaciones ‘positivas’  es de 1 a 5”, señala. Por lo tanto, “por cada cosa negativa que les decimos, deberíamos decir 5 positivas si realmente queremos promover una relación positiva entre los niños y la lectura”. 

Ese feedback debe ser “lo más descriptivo y curioso posible” para que el efecto sea “realmente emprendedor”. Por ejemplo, cuando vemos que un peque muestra interés por la lectura, cuando no es habitual en él, podemos tantearle, diciéndole: “¿Has notado que antes, cuando te sentabas a leer, cuando llevabas 2 páginas ya estabas cansada y ahora llevas 5 páginas y tan tranquilo?”, sugiere la experta.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.