Los trastornos de las adenoides o vegetaciones en niños son algo frecuente. Se producen por el sobrecrecimiento de las adenoides, pero no siempre suponen una enfermedad. Basándose en estudios de Pereira y colaboradores de 2018, el Dr. Francisco Javier Hernández Calvín, Jefe Asociado y Responsable de la Unidad de ORL Pediátrica en el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y en el Quirónsalud San José, nos explica que la hipertrofia adenoidea tiene una incidencia de un 42-70% de los niños, pero cada uno de ellos “responde en particular a este sobrecrecimiento del tejido linfoide adenoideo”.
Para entender un poco mejor cuándo los problemas de adenoides son realmente un problema, vamos a entender primero qué es este tipo de tejido y cuál es su función: “La adenoides o amígdala faríngea, junto con las amígdalas palatinas (las que se ven al abrir la boca) y la amígdala lingual, conforman el anillo de Waldeyer, un sistema que se encarga de analizar todos los antígenos que entran a través de los orificios nasales y de la boca”.
"Las adenoides forman parte de nuestro sistema de defensa"
Las células de defensa son las encargadas de responder a los antígenos con la producción de anticuerpos, como la inmunoglobulina A, dice el experto, cuya función es “adherirse a los patógenos para impedir que invadan nuestros tejidos y que originen enfermedades”. En definitiva, todas estas estructuras “forman parte de nuestro sistema de defensa”.
HIPERTROFIA DE ADENOIDES, ¿SINÓNIMO DE ENFERMEDAD?
Un sobrecrecimiento de las adenoides no siempre genera un problema. De hecho, su infección, proceso conocido como adenoiditis, tampoco evoluciona de la misma manera en todos los niños. Por lo tanto, es importante individualizar cada caso. Para hablar de patología en las vegetaciones, podemos distinguir dos casos, según el otorrinolaringólogo:
- La obstrucción del paso de aire a través de la nariz, ya que se sitúa en la parte final de la misma (área conocida como cavum). Esta obstrucción genera problemas tales como el ronquido, la apnea y la aparición de respiración oral y alteraciones del desarrollo del crecimiento facial durante la infancia.
- La posición de las adenoides en el cavum, al lado del orificio nasal de la trompa de Eustaquio, hace que actúe como reservorio de bacterias que pueden ascender al oído medio y producir procesos de otitis media.
Los factores que podrían favorecer el sobrecrecimiento de las adenoides “aún no se han determinado por completo”, pero sí que hay algunos de los que ya podemos hablar. Se trataría de “las infecciones de repetición del tracto respiratorio superior, factores inmunológicos determinados genéticamente, el reflujo faríngeo, las reacciones alérgicas a factores exógenos (pólenes, epitelios de animales y los ácaros), el tabaquismo pasivo, intolerancias alimentarias y el consumo elevado de azúcares no refinados, anomalías de micronutrientes y la aplicación irracional de antibióticos que alteran el normal desarrollo de la microbiota adenoidea”, reseña el doctor.
SINTOMATOLOGÍA DE PATOLOGÍA EN LAS ADENOIDES
El Dr. Hernández Calvín nos explica que existen “signos y síntomas directos e indirectos por afectación de otras estructuras”. Por ejemplo, la estructura facial podría dar pistas de una hipertrofia adenoidea obstructiva, ya que los niños que la padecen suelen tener la cara alargada e hipotonía (bajo tono) de la musculatura facial que hace que su respiración sea predominantemente a través de la boca (oral).
"El tratamiento médico con corticoides tópicos suele ser poco efectivo"
Asimismo, estos niños tienden a demostrar ronquido y apnea del sueño, sobre todo en los más pequeños. La respiración por vía oral también da pistas, ya que deja señales por la alteración en el desarrollo de la estructura de la cara: posición baja de la lengua, deglución atípica, paladar ojival y falta de desarrollo del tercio medio facial. Además, podrían ser frecuentes la otitis media o la sordera (hipoacusia) por la compresión del agujero de la trompa de Eustaquio, así como una mayor incidencia de la sinusitis aguda con síntomas como la obstrucción y taponamiento nasal, secreción purulenta y cefalea, debido a la retención de las secreciones por la obstrucción de una fosa nasal.
TRATAMIENTOS
El tratamiento más utilizado para tratar patologías en las adenoides es el quirúrgico. Conocida como adenoidectomía, la técnica consiste en extirpar las vegetaciones y aunque precisa de anestesia general, suele ser de carácter ambulatorio. Otro de los procedimientos empleados, y el más recomendado por el Dr. Hernández Calvín, es la adenoidectomía con radiofrecuencia (coblación) con seguimiento endoscópico, que también consiste en la extirpación de las adenoides pero minimiza la pérdida de sangre, que es “prácticamente nula”, así como la aparición de complicaciones.
Además, existe un tratamiento médico con corticoides de uso tópico. Sin embargo, el otorrinolaringólogo señala que “suele ser poco efectivo”. En cualquier caso, las familias deben saber que no existe ningún tipo de riesgo para el niño, en caso de extirpación de las adenoides. “Definitivamente, no hay ningún riesgo para la salud del niño. El tejido linfoide asociado a mucosas (MALT) está ampliamente distribuido por todo el organismo y su función no se ve alterada por la realización de esta cirugía”, concluye el doctor.