El chupete es uno de los objetos que más desea la mayoría de los bebés. Su efecto relajante ayuda a calmar el llanto, a conciliar el sueño, a reducir el estrés del niño en determinadas situaciones y, por consiguiente, el propio estrés asociado de los padres. También puede utilizarse como herramienta para consolar al niño en determinados procedimientos, por ejemplo, con la salida de los dientes. Hay quienes dicen que su chupeteo les recuerda al útero materno... Pero, en cualquier caso, la utilización del chupete es motivo de controversia entre muchos profesionales.
Pedro Camacho (@mireciennacido), el popular enfermero y divulgador sanitario en redes sociales y autor de ‘Mamá, me hago mayor…’, cuenta en esta guía para la crianza y cuidados infantiles que el chupete “no se debe ofrecer, pero tampoco negar”. Esto quiere decir que tenemos que atender a las necesidades del bebé, pero si nuestro hijo o hija va a usar el chupete, no vale cualquier cosa. El experto explica para Estetic a qué aspectos debemos prestar atención a la hora de comprar uno:
“El ‘chupete ideal’ sería de silicona y con la tetina fisiológica, preferentemente”, nos cuenta. Respecto al anclaje o cuello, es decir, la parte donde se apoyan los dientes, “debería ser lo más aplanado y flexible”. Y en cuanto al escudo, “que sea flexible mejor que rígido, sin argolla y con orificios de ventilación (por normativa europea)”. Además, otro factor importante es la talla, eligiéndose una adecuada para la edad del niño. O, en su defecto, apostar por la talla menor, puesto que “cuanto más pequeña sea, menos invasiva será”.
¿A QUÉ EDAD ES RECOMENDABLE DEJAR EL CHUPETE?
En cualquier caso, la integración del chupete genera tantas dudas como controversia su retirada. ¿Hay un momento o edad específicos para la retirada del chupete en el niño? Esta misma pregunta se la hemos hecho al popular enfermero, quien nos cuenta que, efectivamente, “este es un tema que plantea muchas dudas entre los padres”. Sin embargo, el consejo de los expertos es que “el momento apropiado para desacostumbrar al bebé a dejar el chupete es entre los 12 y los 15 meses”.
"Para que el abandono del chupete sea menos repentino, es mejor dejarlo de forma progresiva"
Sin embargo, esta retirada no suele ser fácil. Los padres y madres pueden pensar cuál es el momento óptimo en el que proceder: “Lo importante es elegir un momento de tranquilidad, no uno en el que haya tensiones”. Aquí, Camacho pone de ejemplo la llegada de un hermano pequeño, la entrada al jardín de la infancia o una mudanza”. Y, en ese proceso, “es mejor dejarlo de forma progresiva”, “para que el abandono del chupete sea menos repentino”. De cualquier forma, el experto recuerda las palabras con las que abre el capítulo en su libro, sin forzar al niño y dejando que use el chupete “solo cuando es pequeño”.
SUCCIÓN DEL DEDO Y OTROS CONSEJOS
Si bien la integración del chupete puede generar efectos positivos en el bebé, él mismo puede decidir usar su propio dedo como chupete. Es lo que se conoce como ‘succión no nutritiva’, “una conducta normal dentro del desarrollo de los primeros años” y que, “bien gestionada, desaparecerá con el tiempo”. No obstante, con la retirada del chupete, el niño puede tirar de este hábito como sustituto. ¿Qué hay que hacer en estas situaciones?
Pedro Camacho recuerda que “el dedo no se puede cortar”, por lo que la retirada “puede ser mucho más complicada”. Llegados a este punto, es importante recalcar que el chupete no se puede ofrecer y que tampoco hay que dejarse llevar por las primeras huellas del cambio de rumbo. “El niño ha creado un vínculo emocional con el chupete, un apego, pues le reduce momentos de estrés”, así que durante la retirada, no podemos descartar las regresiones. Lo mejor es ver la evolución del bebé.
"Los expertos aconsejan que entre los 12-15 meses es el momento apropiado para desacostumbrar al bebé a dejar el chupete"
Por ello, el experto hace las siguientes recomendaciones:
- No hay que quitarle el chupete de día y de noche a la vez. Será más fácil hacerlo de día
- Es mejor retirarlo visualmente, sin que el niño lo vea, para que no lo tenga presente.
- Si el niño tiene un hermano más pequeño que usa el chupete y le da envidia, hay que recordarle que su hermano es más pequeño y que hace uso del chupete como él hizo a su edad.
- Hay que evitar cualquier tipo de comparación, simplemente debemos sacar toda nuestra paciencia.
- Cortar la tetina, ensuciarla o hacerla inútil no son estrategias adecuadas, ya que no eliminarán el vínculo afectivo que el niño ha creado con su chupete. Es mejor ahorrarse este paso.
- Debemos ofrecer nuestro apoyo cuando el niño lo quiera, tranquilizándoles, para que no se sientan solos en este proceso. No debemos regañarles, ni decirles que ‘no’ vamos a darle el chupete de vuelta, sino ofrecerles nuestro acompañamiento para superar ese proceso.
- Intentar alentarle a vivir el proceso con ilusión gracias a los juegos o a la imaginación infantiles.
- No hay que olvidar felicitarle cuando no haga uso del mismo, siempre que el niño sea el que lo ha reconocido. De lo contrario, se lo estaríamos recordando.
- Si el niño es menor de dos años: una vez que se quede dormido, le retiramos el chupete y lo sacamos de la cuna/cama. Si se volviera a despertar y lo reclamara, debemos suplirlo con nuestros mimos, besos y abrazos.
- También podemos premiarle a modo de refuerzo positivo, por ejemplo, con personajes ficticios que han dejado algún regalo como compensación. El ejemplo que Pedro Camacho pone en su libro es el ‘perrito Chupetín’, que ha dejado un peluche ‘muy bonito’ para el niño. De esta manera, el pequeño verá que su esfuerzo es positivo y ayuda a otros personajes.