La piel de los niños merece toda nuestra atención, pues aunque muchas veces no le demos la importancia que requiere, en ella pueden surgir diversas enfermedades y afecciones que, tratadas a tiempo, mejoran e incluso pueden llegar a desaparecer con el tiempo. Sin ir más lejos, la dermatitis atópica, una de las enfermedades más comunes, afecta a aproximadamente el 20% de los niños, según los datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Afortunadamente, esta patología suele desaparecer en el 70% de los casos.
La Dermatología Pediátrica es la especialidad que se encarga del cuidado de la piel en los más pequeños. Su papel es fundamental para el cuidado de la salud en niños, ya que va más allá del tratamiento de las enfermedades cutáneas, pues también se encarga de la educación y la prevención. Recordemos que durante las primeras etapas de la vida pueden aparecer problemas propios de estas edades, como la dermatitis del pañal. Sin embargo, las enfermedades propias de los adultos también pueden dar la cara, aunque afectando de una manera diferente.
La Dermatología Pediátrica se encarga del cuidado de la piel, diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades cutáneas, así como de la educación sobre la salud de la piel en bebés, niños y adolescentes
A todo ello hay que sumarle el hecho de que la piel de los niños es diferente a la de los adultos: es más fina y sensible. Su sistema aún no es maduro y su microbioma está en formación, por lo que es más vulnerable a sufrir problemas como irritaciones o sequedad. Asimismo, la protección frente al sol es especialmente importante durante los primeros años de vida, ya que va a marcar el daño solar que acumula su cuerpo y que va a ser determinante en la salud cutánea.
Los profesionales de la Dermatología Pediátrica darán respuesta a cualquier problema que pueda aparecer en la piel de los bebés, niños y adolescentes, ya que sus profesionales están formados en las principales enfermedades más comunes que les afectan. Además, algunas de ellas aparecen como síntomas de otras condiciones médicas, por lo que son un claro indicativo de salud. Repasemos de cuáles de trata:
DERMATITIS INFANTIL
También conocida como eccema, la dermatitis atópica infantil es un proceso inflamatorio de la piel que provoca un intenso picor o prurito, sequedad y erupciones y que se manifiesta en forma de brotes. La AEP estima que un 20% de los niños la padecen, tratándose de “la enfermedad crónica de la piel más frecuente en la infancia”. El tratamiento es fundamental para aliviar los síntomas y, con el paso del tiempo, la enfermedad tiende a desaparecer en el 70% de los casos.
Otras formas de dermatitis habitual en niños es la conocida como dermatitis del pañal, una sarpullido que aparece en glúteos, muslos, genitales y pliegues en la zona, que generalmente quedan cubiertos o próximos al pañal. Además, la dermatitis seborreica es otro de los problemas de la piel comunes en los más pequeños, sobre todo en los lactantes. Se trata de la aparición de costras descamativas de color amarillento en la piel, especialmente en el cuero cabelludo. Aunque tiene tratamiento para controlar los síntomas, también tiende a desaparecer con la edad.
VERRUGAS
Las verrugas aparecen tras una infección del virus del papiloma humano y surgen en cualquier zona del cuerpo, aunque las más propensas son las plantas de los pies, las manos, los codos y las rodillas. Lo cierto es que no presentan un riesgo para la salud, son muy contagiosas, ya que se transmiten a través del contacto piel con piel. Además del tratamiento para eliminarlas, es importante seguir unas medidas de prevención para evitar su propagación.
MOLUSCO
El molusco contagioso se caracteriza por lesiones en la piel de color claro tras la infección vírica por un tipo de Poxvirus. Estas lesiones pueden ser superficiales, bien distribuidas de manera uniforme en la piel o de forma sobresaliente. Además, pueden manifestarse de manera individual o múltiple. Su contagio también se produce a través del contacto piel con piel, así que la prevención es clave. Lo llamativo es que la infección desaparece por sí sola entre los 6 y 12 meses posteriores.
VARICELA
La varicela es otra enfermedad de carácter vírico cuyos síntomas, además de la fiebre, comprenden la aparición le pápulas por todo el cuerpo y picor en la piel. Estas pápulas se transforman posteriormente en vesículas con líquido y, finalmente, se convierte en costras. La varicela se propaga piel con piel o a través del aire, por lo que es altamente contagiosa. La prevención de esta enfermedad pasa por la vacunación de los niños.
MANCHAS DE NACIMIENTO Y NEVUS
Las manchas de nacimiento son marcas planas y benignas en la piel que los bebés desarrollan antes de su nacimiento o poco después de este. En este caso, suelen desaparecer durante los primeros años de vida. En cambio, los nevus o lunares son unas lesiones de la piel, también benignas, de color marrón o negro, que acompañan al niño durante el resto de su vida. Ambas afecciones requieren de seguimiento.
ACNÉ
Con la entrada en la pubertad y los cambios hormonales que conlleva esta etapa, los adolescentes tienden a desarrollar acné. Esta enfermedad cutánea afecta al 80% de la población en algún momento de su vida y consiste en la aparición de granos, espinillas, puntos negros y bultos en la piel, generalmente en rostro y espalda. Sus causas pueden ser muy diversas, por lo que su tratamiento deberá ir dirigido a atacar esos factores para garantizar el mejor resultado. Es importante tratar de ponerle solución para evitar las marcas en el rostro y evitar infecciones.
Estas son las afecciones más frecuentes en la piel de los niños. No obstante, la Dermatología Pediátrica también ofrece consejos sobre los mejores cuidados para garantizar la salud cutánea, existan o no patologías. Por ejemplo, la protección solar es un básico que no debe faltar en la rutina de los más pequeños, ya que durante los 20 primeros años van a acumular el mayor daño solar de toda su vida. Protegerles en esta etapa es fundamental para prevenir daños futuros, como el cáncer de piel.