La dermatitis atópica es una enfermedad crónica, difícil de superar por la importante carga genética de las personas que la padecen. Se caracteriza por el enrojecimiento de la piel y picazón y, aunque puede manifestarse a cualquier edad, es muy común en niños. En la mayoría de los casos, suelen aparecer brotes leves, pero también pueden darse cuadros graves.
Para acercarnos un poco más a este problema de la piel y a las soluciones para aliviar y tratar sus síntomas, hemos contactado con la dermatóloga Ana Molina, quien nos explica de primera mano que los casos de menor gravedad son fácilmente controlables, pero los más complejos son más costosos. Además de los cuidados en casa, se puede requerir de medicación, en algunas ocasiones con fármacos por vía oral. Se diferencian los siguientes tratamientos:
- Tratamientos para controlar los brotes: se administran en los momentos en los que existen cuadros más severos o repentinos. Aquí se emplean cremas con corticoides, cremas de inmunomoduladores, como pueden ser los fármacos pimecrolimus y tacrólimus, o incluso corticoides orales.
- Tratamientos de mantenimiento: son productos “del día a día”, que se usan continuamente para tratar esta enfermedad de carácter crónico. La experta señala que estos tratamientos deben usarse “al menos en la infancia, pues en la edad adulta algunos mejoran y otros no”. Se trata de una rutina de cuidado de la piel muy específica, que incluye el lavado con jabones para piel atópica.
DERMATITIS: CUIDADOS DIARIOS
Dentro de esta rutina de cuidados diaria, los niños con dermatitis atópica deben utilizar oleogeles (jabones con aceite en su composición), para no retirar la capa de grasa que estos pacientes tienen alterada y que, además, limpian e hidratan la dermis al mismo tiempo. También recomeinda los detergentes sintéticos o ‘sindet’, es decir, jabones que tienen un pH muy similar al de la piel y que la resecan menos.
La dermatóloga explica que en cualquier farmacia podremos encontrar diferentes marcas con una línea específica hipoalergénica para el cuidado de pieles atópicas en niños. Estas gamas suelen incorporar pues un gel limpiador, una loción hidratante más ligera y alguna crema hidratante más espesa, ya que las pomadas densas están compuestas por ingredientes humectantes (aportar humedad e hidratación), emolientes (suavizantes y protectores) y oclusivos (humectante protector). Por ejemplo, ácido hialurónico, ceramidas, parafina y lípidos.
"Una crema hidratante fría, a la vez que le hidrata, le ayuda a calmar esa sensación de picor por el frío"
“La vaselina pura estéril se utiliza muchísimo en estos pacientes”, asegura la dermatóloga, porque la piel con dermatitis atópica presenta toda la barrera cutánea alterada y es como si los eccemas que aparecen por todo el cuerpo estuvieran conformados por “microgrietas”. Así que para mejorar la tolerancia de la piel y aliviar el picor, el escozor y la irritación, la vaselina es un producto ideal al no incorporar perfumes ni colorantes, ni conservantes, pero hidratar al mismo tiempo.
Entre otras recomendaciones, la dermatóloga aconseja aplicar todas estas cremas en frío para calmar la sensación de picor. También darse baños de cereal de avena en la bañera, ya que es una sustancia muy emoliente. En las farmacias ya venden preparados especiales con avena triturada para poder aplicar estos baños en casa.