Las hemorragias procedentes de la nariz son muy frecuentes durante la infancia. Tiene lugar cuando se rompe un vaso sanguíneo dentro de los orificios y las causas puede ser múltiples, como la sequedad del ambiente, un golpe, estar congestionados o introducirse el dedo en el orificio nasal.
El nombre que se usa en medicina para describir el sangrado de la nariz es la epistaxis. Dentro de los orificios nasales hay muchos, y muy pequeños, vasos sanguíneos que tienen la función de calentar y humedecer el aire que respiramos. Son muy superficiales, por eso hay veces que se pueden irritar y romperse. También es muy frecuente que ocurra durante resfriados o procesos catarrales, además de el uso de medicación por vía inhalada, el roce que se produce al sonarse puede provocar un sangrado.
"Hay que presionar la nariz con los dedos durante 10 o 15 minutos"
Aunque la hemorragia nasal se puede prevenir con medidas como mantener hidratadas las fosas nasales, tratar que el ambiente no sea muy seco y enseñar al niño a dejar el hábito de hurgar su nariz, así como mantener las uñas recortadas y limpias, el pediatra Gonzalo Oñoro (@dospediatrasencasa) explica, en sus redes sociales, que se trata de una situación "muy común en pediatría”. Un niño puede experimentar un sangrado procedente de la nariz por múltiples motivos: desde haberse metido el dedo en ella hasta darse un golpe. En cualquier caso, la mayoría de las veces la razón se debe a “una rotura de los vasos sanguíneos”, explica el Dr. Oñoro.
Y es que, los vasos sanguíneos más superficiales que se encuentran en las fosas nasales son muy susceptibles de sufrir roturas, por eso es tan común padecer sangrados nasales, y aquí llega una de las principales preguntas que siempre nos hacemos: ¿cómo paramos la hemorragia?
CÓMO PARAR LA HEMORRAGIA
El Dr. Oñoro llama a la calma: “Lo más común es que este sagrado se solucione por sí solo, pero si no es así debemos actuar para cortar la hemorragia”. En ese sentido, el doctor explica qué debemos hacer para parar un sangrado nasal.
Lo primero es presionar la nariz con dos dedos durante 10 o 15 minutos, como mínimo. El pediatra explica que este es el tiempo que nuestro cuerpo necesita para formar un coagulo que tapone la hemorragia. El Dr. Oñoro advierte que, si esa presión no es constante y a los pocos segundos miramos si nuestro hijo ha dejado de sangrar, "lo más probable es que siga sangrando y haya que empezar de nuevo”. Además, el doctor recomienda colocar la cabeza, durante ese tiempo, en posición neutra “ni echada para atrás ni para adelante”.
Otra recomendación del pediatra es que durante las horas siguientes al sangrado, el niño no se suene la nariz o se haga un lavado nasal, ya que estas acciones pueden arrastrar el coagulo que se ha formado y puede volver el sangrado. Y pese a las creencias a realidades que no es recomendable introducir algodón o gasas en los orificios
Aunque es poco frecuente, la nariz puede seguir sangrando después de 20 minutos ejerciendo presión. En esos casos, el pediatra advierte que es conveniente acudir al hospital. Igualmente, si hay un cuerpo extraño alojado en la cavidad o el niños se encuentra débil o se desmaya, también es conveniente acudir a los servicios de urgencia.