Este año estamos viviendo un verano un poco más largo de lo habitual, así que es normal que estemos aplazando ese momento de comprarle zapatos cerrados nuevos de a nuestros hijos. Pero tarde o temprano, tendremos que pasar por ahí y debemos asegurarnos de hacerlo bien, por dos motivos: el primero, por comprarles la talla de pie correcta y asegurar el bienestar de sus pies y, el segundo, por no quedarnos cortos y que el calzado deje de ser funcional dentro de poco, convirtiéndose entonces en un gasto extra de nuestro bolsillo.
Para despejar todas las dudas, la podóloga popular en redes sociales Neus Moya (@neusmoya.podologa), ha subido un vídeo ‘reel’ a Instagram donde explica el error que cometemos muchos padres a la hora de elegir el zapato que le va bien a nuestros hijos, así como nos cuenta la manera correcta de hacerlo. ¡Te lo contamos!
ERROR EN LA SELECCIÓN DE CALZADO PARA NIÑOS
Lo primero que tenemos que saber para acertar en la talla del calzado de nuestros peques es la cantidad de zapato que debería sobrarles. Según la experta, el límite de talla son 5 milímetros, es decir, el mínimo de distancia que debe existir entre el fin del zapato del niño y el primer dedo del pie (o el más largo, en caso de que sean pies egipcios). En realidad, la distancia óptima debería ser 1 centímetro. Esto es algo que podemos ver más claramente con el calzado abierto, pero que nos cuesta cuando se trata de los zapatos cerrados.
Tal y como señala la podóloga, “no lo vemos en tienda porque no cortamos los zapatos” y, al poner nuestro dedo para apreciar si su pie llega o no al límite del zapato, “el niño, sin darse cuenta, va a doblar los dedos para que el adulto pueda encajarlo. Eso nos dará una falsa percepción de que le sobra 1 centímetro”. Con lo cual, en vez de comprarle la talla correcta, le estaremos comprando la justa y es muy probable que en 15 días “el zapato se le haya quedado pequeño”.
FORMA CORRECTA DE SELECCIONAR LA TALLA
El consejo profesional de la experta que despejará cualquier duda, es el siguiente: tenemos que “extraer la plantilla del zapato” y, después, poner el pie del niño encima. Será la forma correcta de saber que realmente le sobra 1 centímetro. Y si en tu caso, las plantillas están pegadas al zapato elegido, siempre puedes llevar preparado un dibujo del perímetro del pie de tu hijo en una cartulina para ponerlo sobre el zapato y hacer la misma comprobación.
"Los zapatos que están al límite de la talla son los que sobran 5 milímetros, pero en realidad debería sobrar 1 centímetro"
Siguiendo esta norma, asegurarías el bienestar del pie de tus peques de cara a unos cuantos meses, hasta que notaras que, efectivamente, su pie ha crecido y ya no respeta la distancia límite de 5 milímetros. Además, no deberías temer que se le saliera el zapato, pues, en ese caso estaríamos hablando de un problema de la horma del zapato, es decir, que probablemente tenga un tipo de pie más fino y ese modelo de calzado no le sirva. Entonces, deberías buscar nuevas opciones.