Es verano y cada día nos exponemos más al sol, tanto niños como adultos. Los menores son mucho más sensibles que nosotros, teniendo un mayor riesgo de sufrir los efectos perjudiciales de radiación en los órganos expuestos que siguen en etapa del desarrollo, como son la piel y los ojos. En ese sentido, los niños tienen mayor sensibilidad. Concretamente, sus ojos tienen una menor pigmentación, que es necesaria para la protección ocular. Esta permite que las radiaciones UV traspasen al interior del ojo y dañen otras estructuras internas fácilmente.
“Más que una edad, debemos fijarnos en la duración e intensidad de la exposición”
Por eso, las lesiones oculares por la radicación pueden tener graves efectos y propician enfermedades en los ojos desde una temprana edad. Ante ello, saber cómo elegir las primeras gafas de sol para los niños es la mejor manera de prevenir futuras complicaciones. Asimismo, la pediatra Nerea Sarrión (@nerea_pediatra), lo explica en su libro “Cuidar de lo que más importa” y a través de sus redes sociales.
¿DESDE CUÁNDO LE PONEMOS LAS GAFAS DE SOL?
La primera pregunta que la pediatra plantea es “¿Desde cuándo le ponemos gafas?”. O, más bien, lo intentamos. Nerea afirma que no hay una edad mínima o “nunca es demasiado pronto”. En esa línea, podemos ponerle gafas cuando el niño las tolere bien puesto que “es probable que al principio sea difícil que las acepten y se las quiten. Poco a poco, con paciencia, irá aceptándolas”, explica la experta.
No obstante, la pediatra aporta algunos datos para orientar y determinar ese momento. Los lactantes menores de seis meses no deben estar expuestos al sol y deben permanecer siempre en la sombra. En los menores de tres años conviene limitar la exposición solar. Nerea añade “más que una edad, debemos fijarnos en la duración e intensidad de la exposición”: es decir, a partir del UV moderado, que se establece en tres, y deuna exposición prolongada.
OJOS Y SOL
La relación entre los ojos de los niños y el sol es muy delicada. Al igual que la piel, el área ocular también es muy sensible a las radiaciones solares.
Aquí, se produce una mezcla de factores que puede desembocar en efectos nocivos para la retina, como la queratitis, y otras estructuras de los ojos. Y es que, en palabras de la doctora, los ojos de los niños son “vulnerables e inmaduros”, además se les suma todo el tiempo que pasan al aire libre. Así, los menores están constantemente expuestos, no solo al sol, sino al viento, arena u otros cuerpos extraños. Además, Nerea destaca que el “80% de la radiación solar de toda la vida se recibe los 20 primeros años de vida”.
¿QUÉ GAFAS?
Cuando ya conocemos la importancia de adquirir el hábito de llevar gafas de sol en verano, conviene plantearse qué tipo de gafas necesita mi hijo. En esa línea, Nerea insiste en que la calidad es imprescindible, además deben de ser homologadas y certificar que sus lentes pueden filtrar la totalidad del los rayos UVA y UVB.
- SÍMBOLO CE: El símbolo de la Comunidad Europea (CE) indica que el producto cumple con todos los requisitos legales y de seguridad de a normativa.
- FILTRO UV400: Debemos buscar las siglas UV, estas indican que se le ha dado el tratamiento adecuado a las lentes para filtrar entre el 99 y el 100% de los rayos UVA y UVB.
- FILTRO SOLAR CATEGORÍA 3-4: En la pegatina debemos observar un número que, suele situarse en medio, e indica la categoría del filtro. Existen cinco tipos de filtros, clasificados desde el 0 hasta el 4 según la capacidad de absorción lumínica. En el caso de los niños, estar entre un tres y cuatro para bloquear la mayor parte de la radiación.
- TAMAÑO Y MATERIAL ADECUADO: Nerea recalca que las gafas deben ser tanto cómodas como resistentes para que aguanten. En ese contexto, recomienda que se adapten bien a la cara del niño mediante gomas elásticas, muy útiles para los más pequeños, o una talla adecuada. Siguiendo con esa línea, conviene buscar artículos fabricados con materiales resistentes, ligeros, flexibles, seguros y cómodos. Por ejemplo, cristales orgánicos o de policarbonato, monturas TR90 o el nylon, son algunos materiales que deberíamos buscar en las gafas para los pequeños.
Finalmente, la pediatra recuerda la importancia de la fotoprotección para “prevenir problemas oculares a corto y largo plazo”. Al igual que con las gafas, hay que aplicarla teniendo en cuenta la intensidad del sol y el tiempo que estaremos bajo él.