La piel refleja muchos problemas de salud, como pueden ser infecciones víricas o fúngicas. Pero también hay enfermedades que son exclusivas de la piel. Por ejemplo, en el caso de niños es muy habitual encontrarse con afecciones que afectan al tejido cutáneo, ya que su piel es más fina y sensible y, por lo tanto, más vulnerable a desarrollar alteraciones.
A través de Instagram, la pediatra Mar López Sureda (@marlopez_pediatra), que acumula más de 418.000 seguidores en Instagram, ha explicado en un Reel uno de estos problemas de la piel que pueden manifestarse en niños y cuyo culpable es el sudor: la sudamina. Según la Asociación Española de Pediatría (AEPED), se trata de una “alteración benigna y transitoria” que se manifiesta en forma de sarpullido en la piel. Por ello, puede llegar a confundirse con alguna infección de un virus, como sugiere la doctora.
La sudamina “ocurre por el calor y el sudor”, básicamente porque “las glándulas sudoríparas se obstruyen, el sudor no puede salir y se inflaman”, indica la experta. Los síntomas derivados de esa inflamación son una especie de granitos rojos o blancos con aspecto de sarpullido y normalmente aparecen en las zonas de la piel en las que más glándulas sudoríparas hay, como la frente, la cara, el cuello, el pecho o la espalda. Algunos peques también suelen presentarla en los pliegues de la piel.
Por lo general, la sudamina no deja picor, dolor o escozor, pero hay que tomar medidas para que desaparezca de la piel del bebé cuanto antes. Para ello, es fundamental evitar la sudoración y en ello deberemos concentrar todos nuestros esfuerzos. Esta medida debe ir acompañada de garantizar un ambiente fresco y de un baño diario para lavar la piel.
Otros pasos a tener en cuenta son el uso de la ropa de algodón, que no quede ajustada para evitar la opresión de la piel, e incluso evitar el uso de la ropa para que el niño esté más fresquito. Además, conviene no utilizar los talcos y las cremas espesas, ya que podrían empeorar el cuadro de sudamina.
"Normalmente no pica ni duele y se va sola, intentado evitar el sudor"
Ahora que llega el verano y que la sudoración comienza a ser un problema también en bebés, conviene prestar atención a la piel de nuestros peques, especialmente en los niños que se encuentren por debajo de los dos años de vida, ya que en ellos suele ser más frecuente. En cualquier caso, la valoración médica del pediatra es fundamental antes de proceder con cualquier tratamiento.
Si bien la sudamina no es un problema exclusivo del verano, el calor es un factor de riesgo y aunque no deja de ser una alteración benigna y debería resolverse por sí sola, algunos niños podrían necesitar tratamiento adicional. La pediatra explica que si sospechamos que a nuestro bebé le molestan los granitos de la sudamina o le pican, hay productos específicos para aliviar estos síntomas, como el Sudacalm.