El atragantamiento es una de las situaciones que más angustia genera en las familias, especialmente cuando involucra a niños pequeños. Esta emergencia puede ocurrir de manera repentina, y saber cómo prevenirla y actuar correctamente puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La difusión de información clara y precisa sobre este tema es esencial para garantizar la seguridad de los más pequeños en el hogar.
En este contexto, ladoctora Laura Álvarez ha compartido en Instagram (@lapediatralaura) una publicación sobre cómo actuar ante un atragantamiento. Esta situación se produce cuando una obstrucción parcial o total bloquea la vía aérea, impidiendo el flujo de oxígeno hacia los pulmones y provocando riesgo de asfixia. Los síntomas varían en función de la gravedad, desde tos, dificultad para hablar o llorar, y manos al cuello, hasta coloración azulada o morada de la piel y estridor o ruido al respirar en los casos más severos.
En situaciones de este tipo, lo primero es evitar el pánico y animar al niño a toser con fuerza, ya que esto puede resolver muchos casos leves. No se deben dar golpes ni zarandeos sin una técnica adecuada. Si la tos no es efectiva, se debe pedir ayuda al 112 y activar el manos libres para seguir las indicaciones mientras se realizan maniobras de desobstrucción.
No se deben dar golpes ni zarandeos sin una técnica adecuada
En menores de un año, se aplican cinco golpes en la espalda entre las escápulas, seguidos de cinco compresiones torácicas. En niños mayores de un año, las compresiones deben ser abdominales. Estas maniobras se repiten tantas veces como sea necesario hasta resolver el bloqueo. Si el niño pierde la conciencia, es vital iniciar RCP básica de inmediato mientras se espera la llegada de los servicios de emergencia.
LA PREVENCIÓN, CLAVE PARA EVITAR ATRAGANTAMIENTOS
Aunque es fundamental saber cómo actuar, prevenir un atragantamiento es siempre la mejor opción. Hasta los 4 o 5 años, se debe evitar que los niños consuman alimentos o manipulen objetos de alto riesgo, como globos, botones, frutos secos, monedas, caramelos o palomitas.
Algunos alimentos, como la manzana, zanahoria, salchichas o uvas, pueden adaptarse para ser consumidos con mayor seguridad. Por ejemplo, se recomienda cortarlos longitudinalmente o en cuartos, o presentarlos en forma rallada o cocida. Además, es crucial asegurarse de que los niños no coman tumbados y estén supervisados durante las comidas y el juego.
La doctora Laura Álvarez recuerda también la importancia de formarse en primeros auxilios para estar preparados ante cualquier eventualidad. Este conocimiento puede salvar vidas y ofrecer tranquilidad a padres y cuidadores al enfrentarse a situaciones de emergencia.