Técnica FUE: "Definimos este procedimiento como médico y mínimamente invasivo, ya no como cirugía”

El Dr. Antonio Burgos, secretario de SERECAP, desgrana en Estetic.es cómo se lleva a cabo la técnica FUE, el procedimiento de elección para restaurar los procesos de alopecia

El Dr. Antonio Burgos, secretario de SERECAP, desgrana en Estetic.es cómo se lleva a cabo la técnica FUE (Foto. Estetic.es)
El Dr. Antonio Burgos, secretario de SERECAP, desgrana en Estetic.es cómo se lleva a cabo la técnica FUE (Foto. Estetic.es)
Carmen Bonilla
10 abril 2025 | 10:00 h
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La pérdida de cabello ha sido históricamente una preocupación estética y emocional para millones de personas en todo el mundo. Durante décadas, quienes sufrían de alopecia solo podían recurrir a soluciones cosméticas temporales o a procedimientos quirúrgicos invasivos, con resultados muchas veces poco naturales y riesgos considerables. Sin embargo, los avances médicos han transformado por completo el campo de la restauración capilar, y hoy en día es posible recuperar el cabello perdido mediante técnicas mínimamente invasivas que ofrecen resultados estéticos superiores y un postoperatorio mucho más llevadero.

Una de las técnicas que ha marcado un antes y un después en este ámbito es la técnica FUE (Follicular Unit Extraction), actualmente reconocida como el procedimiento de referencia en trasplante capilar. A diferencia de métodos más antiguos, que implicaban cicatrices visibles, dolor prolongado o incluso complicaciones serias, la técnica FUE se basa en la extracción individual de unidades foliculares con instrumental de alta precisión, sin necesidad de puntos de sutura ni anestesia general.

"Este tipo de intervenciones eran de cirugía mayor, con frecuencia asociadas a problemas de necrosis y una falta de naturalidad evidente en los resultados"

ORÍGENES DE LA TÉCNICA

“La restauración capilar en nuestro país ha sufrido una grandísima evolución”, explica para Estetic.esel Dr. Antonio Burgos, secretario de SERECAP (Sociedad Española de Restauración Capilar). Según el experto, en los años 80 y 90 se realizaban reducciones por aproximación y trasposición de colgajos. Estos procedimientos quirúrgicos implicaban expansiones del cuero cabelludo para posteriormente extirpar zonas sin pelo, y aproximar bordes con cabello.

“Este tipo de intervenciones eran de cirugía mayor, con frecuencia asociadas a problemas de necrosis y una falta de naturalidad evidente en los resultados, ya que los folículos crecían en direcciones desordenadas”, recuerda. En los años 90, se introdujo una técnica algo menos invasiva, pero aún con carga quirúrgica significativa: la técnica de la tira o “strip”. “Se obtenía un colgajo del cuero cabelludo que podía llegar a 30 centímetros, y al ser una disección profunda, existía un riesgo importante de hemorragias y daños a nervios, además de generar cicatrices lineales visibles”, explica Burgos.

Pero el verdadero cambio de paradigma llegó hacia el año 2010 con la introducción de la técnica FUE, que ha transformado radicalmente el concepto de trasplante capilar. “Desde SERECAP definimos este procedimiento como médico y mínimamente invasivo, ya no como cirugía”, subraya el doctor.

¿CÓMO FUNCIONA LA TÉCNICA FUE?

El proceso FUE se divide en varias fases cuidadosamente diseñadas para minimizar el impacto físico y maximizar los resultados. La primera etapa consiste en la preparación del paciente, donde se diseña la zona a restaurar y se decide el tipo de rasurado de la zona donante. Dependiendo del caso, puede ser un rasurado total, parcial o incluso sin rasurar. Luego se procede a la anestesia local, otro de los grandes avances frente a las técnicas antiguas. “El paciente permanece consciente todo el tiempo, como si se tratara de una intervención odontológica”, detalla Burgos. Esto elimina los riesgos asociados a la anestesia general y permite una experiencia mucho más cómoda.

La siguiente fase es la extracción de las unidades foliculares. Se utiliza un micropunch de entre 0,6 y 0,9 mm de diámetro que penetra apenas unos milímetros en la piel, sin alcanzar estructuras profundas como el tejido adiposo o los paquetes vásculo-nerviosos. “Esto elimina prácticamente el riesgo de hemorragias y daños internos”, indica el especialista. Las unidades se extraen con unas pinzas finas, con un pequeño tirón.

“En una semana, la zona donante suele estar completamente recuperada”

En cuanto a la implantación, se puede optar por dos métodos: implantación directa (DHI) o diferida. En la primera, se usan dispositivos tipo “implanter” para depositar directamente el folículo en la piel. En la segunda, primero se hace una incisión con agujas o cuchillas de zafiro, y luego se coloca la unidad folicular con pinzas especiales. “Ambos métodos son igual de eficaces si el médico domina bien la técnica”, enfatiza Burgos. “El paciente debe huir del marketing y centrarse en los resultados que obtiene el médico”.

Finalmente, el postoperatorio FUE es también mucho más amigable que en técnicas anteriores. No hay puntos de sutura, y al usarse instrumental tan fino, las microheridas cicatrizan espontáneamente en pocos días. “En una semana, la zona donante suele estar completamente recuperada”, afirma el doctor. El área receptora genera una ligera costra que cae naturalmente con los lavados diarios. A partir del tercer mes se comienza a ver el nuevo crecimiento, aunque el resultado final se alcanza al cabo de un año.

La técnica FUE ha abierto una nueva era en la restauración capilar. Más allá del aspecto técnico, representa una mejora significativa en la experiencia del paciente, permitiendo recuperar la confianza y la imagen con mínimas molestias y máximos beneficios. Como dice el Dr. Burgos, “el microinjerto capilar ya no es una cirugía, es una oportunidad médica para recuperar lo que parecía perdido”.

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