La sudoración es un proceso fisiológico normal de nuestro cuerpo para regular la temperatura corporal cuando hace mucho calor o cuando realizamos grandes esfuerzos. Con la humedad producida por el sudor, conseguimos templar nuestra temperatura, pero hay veces que nuestras glándulas sudoríparas producen una cantidad anormal de sudor. Aquí es cuando tenemos que comenzar a hablar de un trastorno de la piel.
Esta afección se conoce como hiperhidrosis y afecta por igual a hombres y a mujeres. Sin embargo, existe la concepción de que la población masculina produce más cantidad de sudor, por lo que muchas veces este trastorno está infradiagnosticado y sin ningún tratamiento. La hiperhidrosis afecta a la calidad de vida de la persona, pues puede generar problemas de autoestima y estrés, especialmente cuando el exceso de sudor y las manchas y el olor asociados se manifiestan en espacios públicos.
¿POR QUÉ SE PRODUCE LA HIPERHIDROSIS?
Desde Quirónsalud, el doctor José María Ricart Vayá, jefe de las unidades de Medicina Estética de los hospitales Ruber Internacional y Quirónsalud Valencia, explica que la hiperhidrosis se produce por una alteración del sistema nervioso, que es el encargado de mandar el estímulo a las glándulas sudoríparas para que produzcan sudor cuando detectan un aumento de la temperatura corporal. El experto distingue entre dos tipos de hiperhidrosis:
- Hiperhidrosis primaria: suele presentarse en las axilas, palmas de las manos, plantas de los pies y rostro y se produce por esa producción de sudor anormal “sin que exista una necesidad real de enfriar el cuerpo”.
- Hiperhidrosis secundaria: se trata de “un sudor repentino” que puede estar provocado por una enfermedad, algún episodio de ansiedad o reacción durante el embarazo.
La acetilcolina es la sustancia química que activa las glándulas sudoríparas
Aunque este trastorno puede manifestarse en todo el cuerpo, la realidad es que los brotes que se manifiestan en las axilas, el rostro, las manos y los pies son los que más incomodidad causan en el paciente, ya que son los más visibles o se presentan en las zonas en las que más olor puede concentrarse. Afortunadamente, la Medicina Estética ya nos ofrece soluciones muy eficaces, más allá de la aplicación de desodorantes y antitranspirantes. Vamos a repasarlas:
MEDICINA ESTÉTICA PARA LA HIPERHIDROSIS
En general, las mujeres están más concienciadas sobre la gran ayuda que supone la Medicina Estética para resolver problemas no sólo estéticos, sino también sobre defectos funcionales en la salud. Así que hoy te contamos los dos métodos más avanzados y eficaces para combatir la sudoración excesiva, según explican desde Quirónsalud:
- Aplicación de la toxina botulínica: se emplea principalmente en los casos de hiperhidrosis axilar y consiste en la inyección de bótox en la unión neuromuscular, haciendo que cese la producción de sudor de forma transitoria. Se trata de un procedimiento indoloro, que no se extiende más allá de los 40 minutos y cuyos efectos pueden prolongarse entre 4 y 6 meses.
- Miradry: se trata de la aplicación de ondas electromagnéticas que reducen el tamaño de las glándulas seudoríparas de forma permanente, eliminando así el sudor y olor axilar. Ya que el procedimiento puede generar molestias, el dermatólogo suele ofrecer la aplicación de anestesia local en la zona para un procedimiento que puede prolongarse unos 40 minutos.
- Simpatectomía: es la cirugía por la que se suele optar cuando las glándulas sudoríparas no responden a otros tratamientos y consiste en la localización y corte o destrucción de los nervios encargados de provocar la sudoración excesiva. Es un procedimiento de efecto inmediato, para el que se requiere anestesia general y que puede durar hasta 3 horas en quirófano. No obstante, en algunos pacientes se puede generar un efecto compensatorio, por el que su cuerpo produce exceso de sudor en otras zonas a modo de reflejo.
- Iontoforesis: esta opción puede eliminar hasta un 70% la producción de sudor gracias al traspaso de corriente eléctrica a través de la piel. Esta técnica permite la movilización de iones de socio, algo que se traduce en el reposo temporal de las glándulas sudoríparas y, consecuentemente, en una disminución en la producción de sudor.
- Anticolinérgicos: se trata de la administración de fármacos anticolinérgicos, que actúan sobre la sustancia química que activa las glándulas sudoríparas (la acetilcolina). Algunos pueden aplicarse de forma tópica, sobre todo aquellos que tratan la hiperhidrosis facial, mientras que otros se toman por vía oral.