Hay enfermedades que asociamos principalmente a las mujeres, pero estas no son exclusivas de la población femenina y ejemplo de ello es la osteoporosis. Aunque su incidencia sea mayor en las mujeres debido al periodo menopáusico y sus consecuencias, los varones no están exentos de sufrirla. De hecho, el 79,2% de los pacientes con osteoporosis son mujeres y el 20,8% son hombres, un porcentaje que no es baladí.
Así lo explica para Estetic la Dra. Susana Gerechter Fernández, Jefa de Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, atendiendo a los datos de la International Osteoporosis Fundation (IOF). Además, nos cuenta que la previsión del número de fracturas por fragilidad “crecerá aproximadamente un 30% entre 2019 y 2034”, una cifra alarmante teniendo en cuenta que ya hoy “el coste de las fracturas supone un 3,8% del presupuesto de Sanidad”.
Si bien la etapa menopáusica en la mujer se asocia a una mayor probabilidad de osteoporosis por la reducción de los niveles de estrógenos, hecho que les hace perder una densidad ósea del 2% al 3% anualmente, en hombres esta enfermedad se produce principalmente por la acción de alguno o varios de estos factores: hipovitaminosis (deficiencia en las reservas orgánicas de alguna vitamina), hipogonadismo (los testículos no producen la suficiente cantidad de testosterona), el consumo de alcohol o los tratamientos crónicos con corticoides.
“El coste de las fracturas supone un 3,8% del presupuesto de Sanidad”
El envejecimiento también está asociado a la osteoporosis. Después de llegar al máximo de masa ósea entre los 30 y los 35 años, tras esta etapa la densidad ósea no aumentará, sino que se irá reduciendo progresivamente con el paso del tiempo. En cualquier caso, hay unos síntomas o factores de riesgo que deberían alertar:
- Si el paciente tiene antecedentes de fractura por fragilidad en los progenitores.
- Si ya ha presentado algún tipo de fractura por fragilidad propia (vértebras, cadera, húmero, pelvis).
- Está bajo tratamiento con corticoides.
- Si el varón es fumador y/o bebe alcohol más de 3 unidades día.
- Si es una persona sedentaria o que realiza poco ejercicio.
- Es diabético.
- Sigue una alimentación pobre en calcio.
- Sufre otras alteraciones, como la hipovitaminosis D o deprivación hormonal.
PRUEBAS PARA MEDIR LA MASA ÓSEA
Para diagnosticar a un paciente con pérdida de masa ósea, el especialista puede ayudarse de varias pruebas médicas. “La densitometría ósea axial es la estándar, pero se puede ver masa ósea baja en otras pruebas de imagen como TAC o RM”, indica la reumatóloga. Además, explica que en aquellos casos en los que la pérdida de la masa ósea sea del 30%, podría apreciarse con una radiología simple, aunque “no es diagnóstico”. Asimismo, subraya que “es necesario hacer un estudio analítico de metabolismo óseo en caso de pérdida de masa ósea”.
¿ES POSIBLE PREVENIR LA OSTEOPOROSIS?
La Dra. Gerechter señala que las complicaciones derivadas de la osteoporosis, es decir, las fracturas, “ocasionan muchas morbilidades”, tales como el dolor, la limitación de la movilidad o, incluso, la dependencia. “A partir de una fractura, un porcentaje estimable no podrá deambular sin apoyo, otros serán dependientes para el aseo personal… Y, según el resto de patologías, puede hacer dependiente al paciente”. Pero, además de la morbilidad, la mortalidad también es un aspecto a destacar tras una fractura por fragilidad ósea. Según los datos, “la mortalidad en el primer año tras una fractura de cadera se estima en un 26%. En el caso de los varones, tras una fractura por fragilidad, la evolución es más tórpida y mayor el índice de mortalidad frente a la mujer”, informa la experta.
Por todo ello, la osteoporosis es una enfermedad que afecta considerablemente a la calidad de vida del paciente. Así que, para evitar su aparición en los casos en los que es primaria, es fundamental alcanzar una buena masa ósea en la juventud con una nutrición adecuada y ejercicio regular. Si, por el contrario, la enfermedad aparece de forma secundaria a otra patología, la pérdida de densidad ósea se puede prevenir con fármacos.
"Hay que ejercitar toda movilidad"
La reumatóloga recuerda que mantener unos hábitos de vida saludable es la clave para cuidar la salud de los huesos. La alimentación juega un papel protagonista, así que debemos incluir alimentos ricos en calcio y vitamina D, siendo los derivados de los lácteos “los más indicados”. Por otro lado, el tabaquismo y el alcoholismo son dos hábitos totalmente desaconsejados, mientras que el descanso, si bien “no aporta beneficios directos al hueso, nos permite mantenernos activos después”.
El ejercicio es la otra pieza imprescindible para la salud ósea. Tradicionalmente se ha asociado el ejercicio de impacto a un mayor sufrimiento articular, así que es habitual pensar que conviene evitar el cardio. Sin embargo, la Dra. Gerechter indica que “hay que ejercitar toda la movilidad” y, en ese objetivo, propone recurrir al ejercicio aeróbico con cierta carga, como puede ser andar. Pero también es igual de importante el trabajo de la masa muscular, puesto que “el músculo y el hueso van a la par en su actividad metabólica”.