Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los hombres son más propensos a desarrollar problemas circulatorios que las mujeres. Sin embargo, las cifras demuestran que la letalidad es mayor en mujeres. De hecho, “el riesgo cardiovascular de una mujer equivale al de un hombre 20 años mayor”, según cuenta para Estetic el Dr. Cristian Iborra Cuevas, Jefe de Servicio adjunto de Cardiología del Hospital Quirónsalud Valle del Henares.
El experto apunta que “todavía hoy no acabamos de comprender por qué los hombres tienen un mayor riesgo de tener enfermedades circulatorias que las mujeres”, aunque destaca el factor hormonal como fundamental en la diferencia: “Se piensa que los estrógenos que produce el ovario tienen un factor protector”. De esta manera, “es a partir de la menopausia cuando realmente se multiplica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares en la mujer”.
"Históricamente, los hombres han presentado en mayor proporción otros factores de riesgo cardiovascular, como el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad, la diabetes y el sedentarismo"
Por otro lado, hay factores atribuidos históricamente (y en mayor proporción) a los hombres que están relacionados con el riesgo cardiovascular: son el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad, la diabetes y el sedentarismo. Tal y como explica el doctor en referencia a varios estudios realizados en Atención Primaria, “más del 55% de los pacientes atendidos tiene al menos un factor de riesgo y, de ellos, el 10% presenta enfermedades cardiovasculares: cardiopatía isquémica (5.5%), enfermedad cerebrovascular (3.7%) y enfermedad arterial periférica (2.4%)”. Junto a estos factores, el Dr. Iborra señala que la incidencia aumenta con la edad, especialmente a partir de los 65 años.
PROBLEMAS CIRCULATORIOS MÁS FRECUENTES EN HOMBRES
Los problemas circulatorios que más presentan los hombres son los siguientes, según el cardiólogo:
- Cardiopatía isquémica: se debe al estrechamiento de las arterias coronarias que son las encargadas de llevar el flujo sanguíneo al corazón. Se puede manifestar como angina de pecho si la obstrucción se genera lentamente o bien como infarto agudo de miocardio si se ocluye por completo y de forma brusca una de las arterias coronarias. Se manifiesta típicamente como opresión en el centro del pecho, bien con el esfuerzo, bien con el reposo y se suele acompañar de intenso malestar, sudoración y náuseas.
- Enfermedad arterial periférica: producida por el estrechamiento de las arterias que llevan el flujo sanguíneo a las extremidades, fundamentalmente a las piernas. Se pone de manifiesto como dolor intenso en las piernas al caminar (claudicación). En ocasiones puede llevar a amputación del miembro
- Enfermedad cerebrovascular: causada por el estrechamiento de las arterias que llevan la circulación a la cabeza o en las propias arterias que nutren el cerebro. Se manifiestan como déficits funcionales y/o motores bruscos y los síntomas dependerán de la zona cerebral afectada por no recibir aporte sanguíneo: parálisis o hemiplejia, alteraciones del habla o de la visión...
- Aneurismas: son dilataciones o ensanchamientos de las arterias. En ocasiones pueden albergar coágulos en su interior que se pueden desprender, interrumpiendo el riego sanguíneo de la zona que alimentan. En ocasiones la arteria se rompe por el ensanchamiento, produciendo hemorragias internas que pueden ser mortales en caso de que se trate de la aorta.
- Disfunción eréctil: imposibilidad para conseguir o mantener la erección para tener una relación sexual satisfactoria. Se debe al déficit de riego sanguíneo al pene a través de sus arterias nutricias.
ATENDER A LAS CAUSAS PARA LA PREVENCIÓN
Para atender a sus causas, tal y como nos explica el doctor, “los expertos siempre pensamos en los 4 factores de riesgo cardiovascular que son modificables: la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes y la hipercolesterolemia. Pero existe un factor no modificable muy importante, que es la genética”. Debido a este último factor podemos comprobar cómo en varios miembros de una misma familia se producen las mismas patologías cardiovasculares y, de hecho, el experto destaca que “entre el 15 y el 20% de las muertes súbitas cardíacas están causadas por anomalías en los genes responsables del músculo cardíaco o del ritmo del corazón”.
Precisamente, el factor genético cobra especial importancia a la hora de explicar los problemas circulatorios, pues “existen numerosos genes implicados en el funcionamiento del sistema cardiovascular”. Algunos de ellos regulan la presión de los vasos sanguíneos, otros son responsables del músculo cardíaco y otros están asociados a los niveles de colesterol, entre otros. Por todo ello, el cardiólogo recuerda que “si una persona padece alguna enfermedad cardiovascular, es recomendable que sus familiares se sometan a estudios preventivos que puedan detectar de forma precoz la patología y así prevenir su aparición o aminorar sus consecuencias”.
"Más del 55% de los pacientes atendidos tiene al menos un factor de riesgo"
Como en la mayoría de los casos cuando de salud se trata, la prevención es una de las formas más eficaces de actuar contra los problemas circulatorios. Esa prevención incluye el seguimiento de unos hábitos de vida saludables, “que incluyen una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico de forma regular, de intensidad moderada y dejar de fumar”. El Dr. Iborra recoge los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que cerca del 80% de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares prematuros son prevenibles mediante estos hábitos de vida saludables.
Además de esos hábitos de vida saludables, el experto recuerda la importancia de la prevención con las revisiones y el seguimiento médico, “sobre todo a partir de los 40 años”. También controlando periódicamente los niveles de azúcar y colesterol en sangre y la medición de la tensión arterial.