En los últimos años, la medicina estética ha experimentado una creciente demanda de procedimientos que van más allá del rejuvenecimiento o la corrección de imperfecciones. Uno de estos avances es la masculinización facial, una técnica que busca resaltar los rasgos distintivos del rostro masculino.
“La masculinizaciónfacial es una técnica diseñada para realzar las características faciales masculinas”, explica para Estetic.es el Dr. Sergio Fernández, vicepresidente segundo de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). “Existen diferencias anatómicas entre el esqueleto masculino y el femenino, particularmente en el cráneo y en las proporciones faciales. Este procedimiento se enfoca en resaltar estas diferencias mediante el uso de inyecciones de ácido hialurónico o bioestimuladores en áreas clave como la línea mandibular, el mentón, el ángulo de la mandíbula y la proyección de los pómulos”.
“La masculinización facial es una técnica diseñada para realzar las características faciales masculinas”
Este proceso permite a los especialistas moldear el rostro de los hombres de manera que refleje una apariencia más angulosa y definida, atributos típicamente asociados con la masculinidad. “El objetivo principal es realzar estas características diferenciales del esqueleto masculino frente al femenino”.
Además, uno de los aspectos más atractivos de la masculinizaciónfacial es que sus resultados son visibles casi de inmediato, aunque su duración depende del tipo de producto utilizado. Según el Dr. Fernández, los resultados pueden extenderse entre nueve y quince meses, lo que permite a los pacientes disfrutar de una transformación significativa durante un período considerable antes de considerar una nueva intervención. “Esto varía según el producto que se utilice”, detalla. “El ácido hialurónico, por ejemplo, tiene una duración específica dependiendo de su densidad y composición, lo que puede influir en la estabilidad y definición del resultado”.
LA IMPORTANCIA DE LA PERSONALIZACIÓN
El éxito de este procedimiento radica en un diagnóstico médico exhaustivo. “Cada paciente es único, y lo más importante es realizar un diagnóstico completo antes de proceder”, subraya el especialista. Esto incluye evaluar el historial clínico del paciente y descartar posibles contraindicaciones, como enfermedades autoinmunes que afecten la piel o irritaciones cutáneas localizadas. “La textura de la piel, su contenido graso y el estado de envejecimiento son factores determinantes para elegir la técnica y el producto adecuado. No todos los pacientes se abordan de la misma manera”, añade el experto.
Por otro lado, una de las cuestiones que más dudas genera sobre la masculinizaciónfacial es el uso de implantes e injertos de grasa en el procedimiento. Según el Dr. Fernández, los implantes de ácido hialurónico juegan un papel crucial para definir áreas específicas del rostro como la mandíbula o el mentón. “Este material nos permite proyectar y redefinir estas zonas con gran precisión”.
A su vez, el uso de injertos de grasa tiene aplicaciones distintas y no se incluye en la masculinizaciónfacial propiamente dicha. “La grasa se utiliza generalmente para rellenar áreas del rostro que han perdido volumen debido al envejecimiento o al ejercicio físico intenso, como ocurre en corredores o personas con actividades aeróbicas frecuentes. Sin embargo, este enfoque no se usa para la proyección de estructuras como el mentón, donde el ácido hialurónico es mucho más efectivo”.
¿QUIÉNES SON LOS CANDIDATOS IDEALES?
La masculinizaciónfacial no está limitada a un perfil específico, aunque suele atraer a hombres jóvenes y de mediana edad que buscan acentuar sus rasgos masculinos o corregir características que perciben como poco definidas. También puede ser una opción para personas transgénero que desean armonizar su apariencia con su identidad de género.
"Los pacientes deben entender que estos procedimientos no transforman completamente el rostro, sino que trabajan sobre las características existentes"
Sin embargo, el Dr. Fernández hace hincapié en la importancia de establecer expectativas realistas. “Los pacientes deben entender que estos procedimientos no transforman completamente el rostro, sino que trabajan sobre las características existentes para potenciar su definición y masculinidad”.
El creciente interés en la masculinizaciónfacial refleja una tendencia más amplia en la medicina estética: la búsqueda de procedimientos personalizados que se alineen con los objetivos individuales de belleza y bienestar. En un mundo donde la apariencia juega un papel importante, la masculinizaciónfacial se ha consolidado como una opción accesible, segura y efectiva para quienes desean realzar su identidadmasculina.