El paso de los años es inevitable para cualquier de nosotros y por mucho que el mundo de la estética haya sido tradicionalmente del público femenino, los hombres están descubriendo cada vez más todas sus ventajas. Por ejemplo, la de los tratamientos faciales para combatir la flacidez y aportar elasticidad a los tejidos cutáneos del cutis.
Los hombres también sufren la pérdida natural de colágeno y elastina en su piel, así cuando se adentran en la década de los 30 deberían pensar en técnicas de rejuvenecimiento facial para sacarse el máximo partido. Para poneros las cosas más fáciles, desde Estetic queremos hablaros de los masajes Kobido, una técnica facial milenaria pensada para los samuráis.
La creencia más validada cuenta queKobido nació en el siglo XV en Japón, época en la que los samuráis libraban numerosas batallas. Estos personajes tradicionales de la cultura japonesa se dieron cuenta de que podían obtener mejores resultados militares si su piel permanecía más joven y brillante, por lo que convocaron un concurso para descubrir la mejor técnica de relajación y estimulación facial. Fue así como nació el masaje Kobido y todavía llega a nuestros días.
¿CÓMO ES UN MASAJE KOBIDO?
La técnica de masaje Kobido se adapta a las necesidades de cada persona y utiliza diferentes movimientos rítmicos y rápidos para estimular la circulación sanguínea y el sistema nervioso. En primer lugar, se utiliza una crema hidratante para preparar el rostro y que sus principios activos penetren en la dermis, beneficiándose de todos los efectos positivos del masaje.
El masaje Kobido actúa como drenante del sistema linfático, eliminando el exceso de líquidos y grasas
Posteriormente, se empieza a masajear el cuello con movimientos circulares descendentes que después se van modificando. A continuación, se trabaja la papada con toques y deslizamientos de interior a exterior, la parte inferior de la cara ejerciendo presión suave con la yema de los dedos en las proximidades de la mandíbula, pómulos y dedos y el contorno de ojos deslizando los dedos por la zona, con leves toques en bolsas y ojeras. Por último, se masajea la frente con la palma de las manos, llevándolas desde el cuero cabelludo hasta las cejas.
BENEFICIOS DEL KOBIDO
De esta forma, el trabajo de los nervios faciales favorece la activación celular para que trabajen en la producción de colágeno y elastina, las proteínas encargadas de darle elasticidad a la piel. Además, esa activación previene el envejecimiento y muerte celular porque el masaje activa la circulación sanguínea, llenando de nutrientes a las células del cutis.
El torrente sanguíneo también favorece la oxigenación celular, que combate su oxidación. Y el masaje actúa como drenante del sistema linfático, eliminando el exceso de líquidos y grasas. Todo ello evita la flacidez de la piel, que al final es la encargada de la aparición de las arrugas que dan ese aspecto apagado y decaído al rostro.
Así que en definitiva, si estás buscando una nueva forma para incorporar el rejuvenecimiento facial en tu vida, puedes confiar en el método Kobido que ya se oferta en numerosos centros de estética. Para los hombres, se convierte en un ritual imprescindible por su alta eficacia como lifting facial, pero además como gran relajante, ideal para después de las jornadas de trabajo y eliminar toda la tensión que también se acumula en el rostro.