Los datos más recientes del Ministerio de Sanidad demuestran que las mujeres sufren más problemas de salud mental que los hombres. En declaraciones para Estetic, las doctoras Patricia Fernández Martín, psicóloga clínica, y Laura Moreno Fernández, psiquiatra, ambas profesionales del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, explican que la población masculina tiende a descuidar más su salud emocional debido a una menor externalización de sus sentimientos.
Las doctoras señalan que falta deperspectiva de género en el entorno sanitario y en salud mental y la forma tradicional de la educación de los varones en el estereotipo de la masculinidad (basada “en no pedir ayuda” y “en demostrar estabilidad emocional”), les lleva a “reprimir emociones y a pedir ayuda en menor medida”, ya no sólo a los profesionales de la salud, sino también a su círculo más cercano. Especifican, además, que incluso ellos mismos “no saben detectar que se sienten mal emocionalmente” en muchas ocasiones.
Esa menor externalización de sus sentimientos y, por ende, menor de búsqueda de ayuda, puede derivar en manifestaciones alteradas del comportamiento, como la muestra de agresividad, violencia o el consumo de sustancias tóxicas. Pero esa reticencia puede tener “mucho impacto” en la salud mental del varón, indica la psicóloga, “el peor, el suicido”. Así lo reflejan los porcentajes oficiales, que indican que el 75% de los casos de suicidio son hombres.
"Los problemas de salud mental no desaparecen porque los ignoremos, pero se ponen diferentes máscaras. Una de las más típicas es el incremento de agresividad"
Si bien parece que las mujeres realizan más intentos de suicidio, resultan más mortales en hombres y a ello colaboran, según la experta, la alta letalidad de los métodos seleccionados, la mayor impulsividad, el mayor consumo y abuso de tóxicos y las estrategias con las que se afronta el estrés. En cambio, las mujeres utilizan métodos no violentos, como la intoxicación por fármacos con sustancias legales o ilegales o cortarse. En hombres se observa más la precipitación, el ahorcamiento o el uso de armas de fuego.
La Dra. Moreno Fernández indica que otros de los riesgos importantes en no pedir ayuda son las conductas violentas, auto y heteroinflingidas. “Auto, en forma de suicidio y hetero, en forma de agresiones”, aclara. A ello añade que “los problemas de salud mental no desaparecen porque los ignoremos, pero se ponen diferentes máscaras. Una de las más típicas es el incremento de agresividad”. Asimismo, los hombres demuestran tendencia hacia el consumo de sustancias, “que en ocasiones se inicia como estrategia para calmar el malestar, y acaba creando nuevos y graves problemas de adicciones”.
Como se deduce, “las mujeres suelen abordar sus problemas emocionales con reflexión, mientras que los hombres lo hacen con la acción”, indica la psicóloga. Por lo tanto, ese retraso o ausencia de ayuda psicológica en los hombres propicia que el cuadro “no se resuelva y se cronifique”, añade la experta, generando un impacto tanto en sí mismo como en su entorno. “El funcionamiento de la persona se va deteriorando y afectando a todas las esferas de su vida”, puntualiza la psiquiatra.
SÍNTOMAS PARA PEDIR AYUDA PSICOLÓGICA
Aquellos hombres que no sepan detectar cuándo pedir ayuda emocional, pueden guiarse si recientemente han demostrado conductas como la pérdida de los hábitos de autocuidado, aislamiento, aumento de la irritabilidad, la pérdida de la capacidad del disfrute, insomnio o síntomas físicos. Estas señales deberían alertarles y movilizarles para solicitar recursos de ayuda psicológica, aunque a veces los síntomas físicos ya son motivo de atención médica inevitable, porque se transforman en enfermedades.
“El retraso en la búsqueda de ayuda psicológica hace que el funcionamiento de la persona se vaya deteriorando y afecte a todas las esferas de su vida"
La Dra. Fernández Martín expone que los síntomas nuevos prolongados en el tiempo y que provoquen un sufrimiento intenso son alarmantes, pues afectarán al funcionamiento habitual. No obstante, especifica que “los criterios que tendríamos que tener en cuenta para valorar qué sentimientos normales se convierten en patológicos dependen de la vulnerabilidad biológica de cada uno y de los factores de riesgo y de protección asociados”. De hecho, “en ocasiones, los límites entre la normalidad y lo patológico pueden ser difusos”.
Pedir ayuda es fundamental para evitar la cronificación de los problemas y, en consecuencia, que su abordaje se haga más complejo. La psiquiatra recuerda que “no hay salud sin salud mental” y que esta tiene unas repercusiones enormes en nuestro funcionamiento. Por esto mismo no hay que pasar por alto cualquier situación de inestabilidad emocional, cuando “existen tratamientos para abordarlos” que posibilitan aumentar la percepción de la calidad de vida. Los chicos han de saber que pueden dirigirse a su médico, a su red de apoyos o a espacios de reflexión e intercambio, como Ahige, la Asociación de hombres por la igualdad de género.
"Hay que incluirles más y enseñarles que ellos también pierden si se siguen reproduciendo los sesgos de género"
Allí “pueden cuestionarse el modelo de masculinidad imperante y proponer nuevas y sanas formas de vivir para varones y mujeres”, explica la psicóloga. Conjuntamente, las dos expertas creen necesaria la sensibilización sobre la importancia de la salud mental desde los primeros años de vida, que ofrezca herramientas y alternativas de comportamiento a los más jóvenes y que facilite el acceso a la petición de ayuda cuando sea necesario:
“Creo que se debería decir que trabajar por una buena salud mental también favorece a los hombres. Ellos también son víctimas (de otra manera) de una sociedad que les perjudica y que sale perdiendo si les calificamos de manera negativa. Creo que hay que incluirles más y enseñarles que ellos también pierden si se siguen reproduciendo los sesgos de género y si se les sigue educando de manera diferente”, comenta la Dra. Fernández Martín.
La especialista en Psicología también cree que visibilizar las nuevas masculinidades puede ser una buena opción y que el entorno audiovisual puede hacer mucho al respecto. Como ejemplo, destaca la serie ‘Machos Alfa’, que “representa bien las diferencias que siguen existiendo en los roles de género”, concluye.