La prevalencia de los problemas de salud mental es mayor en mujeres que en hombres, según datos del Ministerio de Sanidad. En concreto, un 30,2% de la población femenina los sufre, mientras que el porcentaje desciende al 24,4% en el caso del género masculino. El trastorno de ansiedad es el más frecuente a la hora de hablar de salud mental, con una incidencia del 8,8% en mujeres y un 4,5% en varones. La depresión se da también en un 5,9% en mujeres, frente al 2,3% en hombres.
Los trastornos de personalidad, en cambio, sí que afectan más a la población masculina, alcanzando una incidencia del 7,5% en comparación al 6,1% en las mujeres. Dentro de esta última categoría de trastornos, existe un subtipo que fácilmente se puede relacionar con las mujeres: la midorexia o el pánico irracional de aparentar la edad real, un trastorno íntimamente relacionado con el dismórfico corporal.
“Lo más común es que la base psicológica de esta midorexia sea un miedo patológico a la muerte: la apariencia de vejez para los pacientes equivale, inconscientemente, a acercarse a la muerte”
¿Por qué se puede relacionar principalmente con mujeres? Por la presión social y el márketing agresivo que endiosa el hecho de mantener la juventud como un gran logro. Actualmente, la sociedad asocia la juventud con la belleza y el éxito, lo que se conoce como beauty privilege, creando la sensación de que si no eres joven y guapo, vas a fracasar. Todo ello recae sobre las mujeres, principalmente. Entonces, ¿cómo afecta a los hombres?
“Lo más común es que la base psicológica de esta midorexia sea un miedo patológico a la muerte: la apariencia de vejez para los pacientes equivale, inconscientemente, a acercarse a la muerte”, explica para Estetic.esJuan Martínez-Mena, psicoanalista miembro del Centro de Estudios y Aplicación del Psiconálisis (CEAP). Esto provoca un gran pavor a que se les note externamente la edad y son capaces de hacer cualquier cosa para evitarlo, como señala el experto.
De este modo, los pacientes tratan de no sufrir los cambios que provoca el paso del tiempo, por lo que caen en el sobretratamiento y los procedimientos estéticos extremos. También recurren al ejercicio desmedido, dietas extremas y una forma de vestir y comportarse que imita a las generaciones más jóvenes. Estos síntomas son comunes tanto en hombres como en mujeres.
LA COMPARACIÓN EN REDES, UN GRAN PROBLEMA
Pese a que la presión suele incidir más en las mujeres, cada vez se está igualando la situación entre ambos géneros, y no de forma positiva precisamente. “En lo relativo a la influencia que las redes sociales y los medios de comunicación ejercen en la percepción de la juventud de los hombres, estamos alcanzando la igualdad”, señala el experto.
De hecho, el psicoanalista del CEAP incide en que “en este aspecto incide en gran medida el factor comparación, al ver cada vez más hombres en redes retocados o que tienen cierta edad y no la aparentan, muestran músculos hipertrofiados en extremo, rostros sin arrugas o labios carnosos de ácido hialurónico, entre otras cuestiones”. Ello ha hecho que muchos hombres pasen a formar de ese 2,4% de personas con midorexia actualmente.
EL ABORDAJE, ¿UNA CUESTIÓN COMPLEJA?
El experto señala que es muy complejo que los pacientes de midorexia, independientemente de su género, acepten ayuda. “No es algo por lo que la gente suela acudir a consulta, sino que tiende a ‘salir’como algo colateral dentro de la terapia”. Este problema puede llegar a ser aún más grave en hombres, pues la salud mental tiende a ser más descuidada por parte del varón.
“En lo relativo a la influencia que las redes sociales y los medios de comunicación ejercen en la percepción de la juventud de los hombres, estamos alcanzando la igualdad”
Tradicionalmente, ha existido una falta de perspectiva de género en lo que a salud, física y mental, se refiere. Además, la diferencia en la educación en todos los ámbitos de la vida entre hombres y mujeres ha hecho que estas últimas desarrollen una mayor capacidad para tomar consciencia de las emociones que están sintiendo. Esto puede provocar que, ante un trastorno complejo como este, en hombres pase más desapercibido o sea más difícil de abordar.
Pero, una vez se ha detectado un caso, ¿cómo se trabaja? “Es crucial encontrar el verdadero origen del problema: aunque exteriormente se manifieste en una obsesión por la apariencia física, la causa subyacente suele estar relacionada con bloqueos inconscientes de circunstancias pasadas”, indica el experto. Una vez se identifica esto, hay que trabajar sobre el conjunto del recorrido vital, especialmente sobre los hechos más significativos.
La midorexia es un trastorno que lleva a quienes lo sufren a perder calidad de vida, salud física y mental y que repercute en su economía. Además, aunque generalmente se pone el foco en el miedo a envejecer de las mujeres, debido a la presión social y estética que se ejerce sobre ellas, cada vez son más los hombres que están experimentando esta situación. El pánico irracional a envejecer es un grave problema que afecta a mujeres y hombres de forma cada vez más igualada.