Cada vez somos más conscientes de la importancia del cuidado de la piel frente a la radiación solar. Sin embargo, hay algunas zonas del cuerpo que pueden quedar relegadas a un segundo plano, como el cabello, al que también es imprescindible proteger del daño del sol. En Estetic vamos más allá y nos preguntamos cómo hay que actuar en verano si nos encontramos bajo tratamiento de alguna alopecia. Para salir de dudas, hemos contactado con la Dra. Constanza Martínez Mera, adjunta del Servicio de Dermatología y encargada de la consulta de tricología del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda.
La experta nos cuenta que la evolución del cabello se ha basado en la protección al ser humano: “En época de frío nos sirve de abrigo y en época de calor de protector solar”, indica. Así lo demuestra su estructura, en la que destacan las partes situadas debajo del cuero cabelludo: la raíz y el tallo piloso. “Anatómicamente el tallo piloso presenta una médula, corteza y cutícula (desde dentro a afuera). Y es un tejido que está compuesto principalmente por proteínas, entre ellos la queratina, que le otorga características de fuerza y elasticidad”.
“Hay alopecias que pueden empeorar con la exposición solar, como la asociada a lupus”
Las condiciones ambientales del verano, como las que vivimos especialmente en España, afectan a la estructura capilar. La radiación ultravioleta A y ultravioleta B “son más intensas y pueden atravesar la cutícula y la corteza, por lo que la exposición prolongada y repetida puede dañar estas capas, modificando sus características y alterando sus propiedades”, señala la dermatóloga. Por otro lado, el sudor actúa como protector natural de la piel frente a los rayos UV, pero “cuando se acumula en el cuero cabelludo puede ser irritativo”. Y el agua del mar y de las piscinas también impactan a la salud capilar, pues “dejan al cabello con la cutícula más abierta y, por ende, hay un incremento de rotura por una mayor fragilidad”.
Ahora que sabemos cómo afecta el verano a la estructura del pelo, toca descubrir cómo puede perjudicar el sol a las personas que estén bajo tratamiento para laalopecia en verano. La doctora explica que “la mayoría de los tratamientos para las alopecias deben mantenerse”. No obstante, algunas de ellas “pueden precisar fármacos que presenten reacciones fototóxicas o fotoalérgicas”, es decir, reacciones cutáneas por la exposición solar. Este es el caso de las alopecias fototóxicas o fotoalérgicas y será el especialista quien deba evaluar al paciente para valorar si continuar, interrumpir o bajar la dosis del tratamiento. Además, “hay alopecias que pueden empeorar con la exposición solar, como la asociada a lupus”.
CUIDAR LA ALOPECIA EN VERANO
Como indicábamos anteriormente, es necesario proteger el cuero cabelludo de la radiación solar, pero las personas con alopecia deben hacerlo especialmente. Aun así, la experta indica que hay que diferenciar los cuidados entre pacientes en los que “la densidad de cabello ha disminuido parcialmente, como en una alopecia androgénica o cicatriciales leve-moderada”, frente a los que presenten “una alopecia total del cuero cabelludo, como en las alopecias areatas o cicatriciales muy avanzadas”.
En cualquier caso, hay unas medidas compartidas que deben tenerse en consideración, como lo es “evitar la exposición solar prolongada en horas de alta radiación” y valorar el uso de “sombreros y protectores solares capilares, que se pueden aplicar en cuero cabelludo y cabello”. La Dra. Martínez Mera recuerda que, al igual que protegemos la piel, hay que cuidar el pelo, pues “el cáncer cutáneo puede aparecer también en esta zona”. Por ello, aconseja inspeccionar el cuero cabelludo, del mismo modo que lo hacemos con la piel.
"Puede ser relevante el uso de acondicionador y sérum de puntas a medio pelo para proteger la cutícula de los agresores"
Por otro lado, sigue siendo crucial el “aseo frecuente del cuero cabelludo y uso de acondicionadores, aceites o sérums para proteger los tallos pilosos”. La dermatóloga expone que “el objetivo es tener un cuero cabelludo limpio”, así que puede ser necesario ajustar la frecuencia diaria de lavado. Y, durante el mismo, “debe masajearse la zona en profundidad para retirar correctamente la suciedad y eliminar los residuos acumulados (seborrea, sudor, descamación, agua de la piscina/mar, etc)”.
Estos cuidados son extensibles a las personas con dermatitis seborreica o psoriasis, quienes también deben tomar medidas especiales. En cualquier caso, los que empeoren con el sol pueden precisar de “champús medicados con mayor frecuencia para optimizar el control, como champús con antifúngicos, corticoides, queratolíticos, etc”. Además, es importante valorar la longitud del cabello, pues “puede ser relevante el uso de acondicionadory sérum de puntas a medio pelo para proteger la cutícula de los agresores, y de esta manera conserva el color, la hidratación, elasticidad y fuerza del tallo piloso”.
Aunque el cuidado del cabello pueda parecer una tarea más ardua en los meses de verano, conviene prestarle la atención que merece, ya que “permitirá a los tallos pilosos poder mantenerse en buenas condiciones por mucho más tiempo, ya que han tomado su tiempo en crecer”. Pero, ¿qué ocurre después del verano? Cuando entramos en el otoño y atravesamos los cambios lumínicos, estos pueden incrementar la caída capilar. “El ciclo folicular es una dinámica continua en el cuero cabelludo”, recuerda la dermatóloga, siendo la fase telógena la final del cabello. Esta suele durar unos 3 meses y “permite renovar el tallo piloso que emerge del folículo”. No obstante, también puede aparecer en otros momentos del año, propiciada por algún suceso agudo. En caso de presentar una caída capilar prolongada en el tiempo, “correspondería realizar una valoración médica para precisar si hay causas sobreañadidas a la alopecia ya conocida”, concluye la doctora.