Cerca del 50% de los hombres sufre alopecia en España al cumplir los 50 años, un porcentaje que se eleva en un 10% cada diez años, según los datos de Quirónsalud. Por este motivo, cada vez más varones consideran el trasplante capilar como la opción más eficaz frente a los tratamientos farmacológicos o la mesoterapia para la regeneración del cuero cabelludo. De hecho, no hace falta esperar a que la situación sea drástica para ponerle remedio.
Claudia Bernárdez, dermatóloga especializada en tricología, nos acerca al procedimiento del trasplante capilar en ‘La biblia del cuidado del cabello’, un libro en el que aporta todas las claves para lucir un pelo sano y bonito. El trasplante capilar consiste en una “microcirugía mínimamente invasiva en la que se toma pelo de zonas donde crece con normalidad para cubrir otras zonas con alopecia que no han respondido de la forma deseada al tratamiento médico”. Asimismo, también se usa para remodelar la línea de implantación “con el objetivo de cambiar el marco facial”.
Lo que se hace durante el procedimiento es “extraer unidades foliculares” de la “zona donante”, es decir, una completa extracción de la raíz del pelo junto con su glándula sebácea y células madre para garantizar el éxito del proceso. Posteriormente, se implantan en la región en la que existe alopecia, aunque el profesional del cabello las cuenta y organiza previamente “con sumo cuidado”. La dermatóloga recuerda que “una unidad folicular fuera del cuerpo es como un órgano que se ha extraído para un trasplante”, por lo que los expertos deben cuidar de no aplastar ninguna célula, tampoco dejar que pierdan frío o humedad. “De lo contrario, por mucho que se pongan en una zona nueva, no crecerán”.
"El resultado final es colocar el pelo en una dirección y un ángulo especial en la zona que llamamos ‘receptora’"
Para la implantación de los folículos en las nuevas zonas, se realiza a unos 4 milímetros de profundidad, que es donde se ubican naturalmente. “Existen diversas técnicas para ello, pero siempre el resultado final es colocar el pelo en una dirección y un ángulo especial en la zona que llamamos ‘receptora’”. Aquí se busca la máxima naturalidad posible, con la idea de que “lo más natural siempre es lo más bonito”, buscando también densidad.
La zona donante de folículos, según la dermatóloga, suele ser la nuca, ya que es la que menos afectada se ve por la acción hormonal. Cada extracción folicular se hace individualmente y una a una, y no corresponde con lo que sería retirar el cabello con pinzas como pudiéramos hacer en casa. Se trata de un protocolo más complejo cuya tasa de éxito es muy elevada, siempre y cuando se realice en clínicas certificadas.
¿QUIÉN PUEDE RECURRIR AL TRASPLANTE CAPILAR?
No todo el mundo es apto para el trasplante capilar. La experta explica que hay que valorar cada paciente de forma individual, pero lo que más se suele valorar, el “requisito básico”, es que exista pelo de calidad y en densidad en la zona donante: “Se debe extraer de tal forma que esa parte no se quede calva, para lo cual solo se puede sacar un número limitado de folículos pilosos, que debe además ser suficiente para cubrir la zona con alopecia”.
Además, Bernárdez señala que algunas alopecias son de carácter inflamatorio o dejan cicatriz. En estos casos no sería óptimo trasplantar, ya que existe riesgo de que el pelo trasplantado se pueda caer.
¿ES NECESARIO RAPAR TODO EL CABELLO?
Para la realización del proceso, no es necesario rapar el cabello de toda la cabeza, basta simplemente con rasurar la zona a tratar. Los pacientes con pelo largo no deben temer al tratamiento, ya que incluso pueden utilizar su melena para tapar los huecos.
¿ES POSIBLE EL TRASPLANTE CAPILAR DE UN FAMILIAR?
El trasplante capilar no es posible entre personas diferentes, ya que “se trasplantan células madre de la raíz, que son células vivas”. Según la doctora, cuando hay trasplantes de órganos como el riñón o el hígado, “el paciente debe tomar medicación fuerte de por vida para que el cuerpo no ataque a esas nuevas células”. Sin embargo, el trasplante de cabello es algo estético, por lo que “no se plantea usar ese tipo de medicación” y, consecuentemente, no se emplean folículos pilosos de otras personas.
¿EXISTE EL TRASPLANTE DE CEJAS Y PESTAÑAS?
Claudia Bernárdez confirma que sí, existen ambas posibilidades, aunque el trasplante de cejas es más común que el de pestañas. Lo más importante durante el procedimiento es colocar los folículos en las direcciones naturales. Además, como se utiliza pelo de la nuca o de la cabeza, es probable que crezca más que los pelos naturales de la zona, por lo que habrá que cortarlos con tijera cuando se excedan de longitud.