Aunque es conocida por su utilidad cosmética contra el envejecimiento de la piel, las aplicaciones de la toxina botulínica, popularmente conocida como 'Bótox', son varias. Entre ellas, se ha empezado a utilizar en los cuerpos cavernosos del pene, tal y como explica en declaraciones para Estetic el Dr. Francois Peinado, Jefe de Servicio de Urología y Coordinador de la Unidad del Varón del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo 39.
“Se utiliza para mejorar la disfunción eréctil, una condición en la que los hombres tienen dificultad para conseguir o mantener una erección adecuada para una actividad sexual satisfactoria”, señala. Este tratamiento recibe el nombre de Bocox y “actúa relajando los tejidos de los cuerpos cavernosos del pene y aumentando el flujo sanguíneo al pene, lo que puede ayudar a mejorar la capacidad de lograr y mantener una erección”, indica el urólogo.
Por este motivo, ha de distinguirse del Scrotox, protocolo que también emplea la toxina botulínica orientado a “relajar los músculos del escroto” para obtener “un aspecto más relajado y liso de la piel”. Incluso puede emplearse para reducir la sudoración y contracción del escroto. Por lo tanto, también cabe diferenciar un objetivo médico de un objetivo estético y de comodidad entre ambos tratamientos.
“Se considera cuando otros métodos, como los medicamentos orales como la Viagra o el Cialis, no han sido efectivos o adecuados para el paciente”
El experto señala que el Bocox “se considera cuando otros métodos, como los medicamentos orales como la Viagra o el Cialis, no han sido efectivos o adecuados para el paciente” en el abordaje de la función eréctil. No obstante, advierte de que se trata de “un tratamiento experimental con pocos estudios y número de pacientes”, por lo que se necesita más evidencia para confirmar su eficacia, aunque los estudios preliminares resultan prometedores.
Por el momento, se están realizando más ensayos clínicos para tratar de arrojar luz sobre la eficacia del Bocox a largo plazo, estudiar la dosis óptima de inyección en la zona, establecer los protocolos estandarizados para su aplicación y entender “qué pacientes pueden beneficiarse más de este tratamiento”, indica el experto. Esta información permitirá extraer conclusiones más sólidas.
Además, el Bocox no está exento de desencadenar efectos secundarios, circunstancias que también están valorando los estudios científicos. No obstante, “generalmente son leves y transitorios”. El urólogo destaca la presencia de dolor, molestias o sensibilidad en la zona de inyección, la aparición de hematomas e inflamación temporal.
“Antes de iniciar cualquier tratamiento para la disfunción eréctil, es fundamental realizar una evaluación integral del paciente”
En casos más extremos (y menos habituales) también es posible desarrollar alguna infección, como ocurre con cualquier procedimiento que implique una inyección, o reacciones alérgicas a la sustancia inyectada, en este caso, la toxica botulínica. Muy eventualmente, pueden surgir efectos sistémicos, causados por la diseminación de dicha sustancia a otras partes del cuerpo, que desencadenen debilidad muscular o dificultad para tragar.
En vistas de que los estudios sobre el Bocox aún son muy preliminares, el Dr. Peinado recomienda precaución ante la aparición de nuevos tratamientos para el tratamiento de la disfunción eréctil como la toxina botulínica, pues la evidencia científica es limitada. Si bien podría ser una solución planteada en pacientes que han probado otros tratamientos sin éxito, antes de usarla, “deben ser informados adecuadamente sobre su carácter experimental y los posibles efectos secundarios".
"El Bocox actúa relajando los tejidos de los cuerpos cavernosos del pene y aumentando el flujo sanguíneo al pene"
Además, recuerda que “antes de iniciar cualquier tratamiento para la disfunción eréctil, es fundamental realizar una evaluación integral del paciente”. Cada caso es único y, como tal, “lo que funciona para un hombre puede no ser adecuado para otro”, añade. Por ello, es importante que el especialista valore la vía de tratamiento más indicada para cada varón con problemas de función eréctil.
Entre las posibilidades de tratamiento, se encuentra la medicación oral, la terapia hormonal “útil en hombres con niveles bajos de testosterona”, los dispositivos de vacío que “crean un vacío en los cuerpos cavernosos del pene para atraer sangre hacia el miembro”, las inyecciones intracavernosas de fármacos, supositorios de uretra y cirugía con implantes de pene.
Asimismo, puede estar indicada la terapia psicológica en hombres cuyo trastorno esté motivado por factores emocionales o psicológicos, o los cambios en el estilo de vida para buscar una vida saludable. Otras vías de tratamiento que requieren de más solidez científica, al igual que el Bocox, son las terapias de ondas de choque y las células madre y los factores de crecimiento, “prometedoras, pero aún en investigación”, concluye el urólogo.