Existe mucha concienciación acerca de la autoexploración en la mujer, ya que es un paso imprescindible que ayuda a agilizar el proceso de detección en casos de cáncer de mama. El tiempo es un factor que corre en contra en los casos más avanzados, así que todo lo que podamos ganar, será clave en el pronóstico final. Sin embargo, la autoexploración masculina no está tan extendida y ni siquiera existe un consenso general sobre cómo se debe realizar, pero sigue siendo importante.
El cáncer de testículo es el tumor más frecuente en hombres entre los 15 y los 35 años, según la Sociedad Española de Oncología Médica, y se estima que durante 2023 se diagnostiquen 1510 casos. Afortunadamente, la supervivencia a esta enfermedad es cada vez más elevada: en torno al 80%, incluso en fases metastásicas, según los datos de Quirónsalud. El avance en los tratamientos cada vez más eficaces está detrás de estos resultados positivos, pero el diagnóstico precoz sigue jugando un papel fundamental.
SÍNTOMAS DEL TUMOR TESTICULAR
Los principales síntomas que van a demostrar los tumores testiculares tienen que ver con cambios físicos en la zona genital en el transcurso de unas pocas semanas, como pueden ser el cambio de tamaño o la aparición de un bulto. También pueden existir un aumento de las bolsas escrotales, un aumento del tamaño en los conductos testiculares o la aparición de varicocele o varices escrotales, que dificultan la circulación de la sangre por las venas que rodean los testículos.
El cáncer de testículo es el tumor más frecuente en hombres entre los 15 y los 35 años, según la Sociedad Española de Oncología Médica
En los estadios más tempranos, los pacientes no suelen presentar dolor ni sangrado, un hecho que dificulta y retrasa el diagnóstico. Pero esto podría variar con el tiempo, llegando a sentir molestias en el escroto, ingle e incluso en la parte baja del abdomen. Otro de los síntomas que se manifiestan es la acumulación de líquido en el escroto o sentir dolor en la espalda.
PREVENCIÓN DESDE LA AUTOEXPLORACIÓN
La palpación es el método con el que se produce el diagnóstico, así que la autoexploración es la herramienta con la que individualmente se pueden prevenir los casos más avanzados. Se recomienda comenzar con la autoexploración desde la pubertad, ya que la incidencia de esta enfermedad está entre los 15 y 35 años. Los expertos recomiendan realizarla de forma ocasional, al menos una vez al mes.
Consiste en un examen genital que habrá que realizar preferiblemente después de una ducha con agua caliente, ya que será el momento en el que el tejido del testículo esté calmado y facilite el análisis. A continuación, habrá que coger ambos testículos con las manos para poder compararlos entre sí, inspeccionando después con las yemas de los dedos toda su superficie: habrá que prestar atención a si la textura es elástica y con forma de huevo, si existen pequeños abultamientos en alguna zona concreta, si el color del escroto ha variado o si ha aparecido una especie de varices en la piel.
Hay que tener en cuenta que, por lo general, siempre habrá un testículo mayor y que pueda estar más bajo o alto que el otro, así que no hay que alarmarse ante estas pequeñas diferencias. Se trata de ser constantes con la exploración para el autoconocimiento y percibir los cambios que puedan manifestarse con el paso del tiempo. En caso de notar alguna condición extraña no dudes en acudir al especialista para obtener un pronóstico acertado.