El retinol está viviendo su edad de oro y ya se ha convertido en el producto estrella de buena parte de las rutinas para el cuidado de la piel. Son muchos los cosméticos que lo incorporan, algo que no es de extrañar porque ofrece un sinfín de beneficios. Sin embargo, hay que tener cuidado porque, para empezar a utilizarlo, hay que seguir unos pasos específicos, escoger las concentraciones adecuadas y controlar el tipo de piel sobre el que se vaya aplicar.
Ese ‘boom’ cosmético del retinol ha llevado a la Unión Europea a poner el ojo sobre los riesgos que podría conllevar un exceso en su uso. Y, por ello, acaba de lanzar una normativa para regular la comercialización de este activo cosmético. Pero, ¡tranquilidad! Porque el retinol no va a desaparecer… No va a ser necesario renunciar a este ingrediente que tanto nos ofrece, simplemente se han regulado las concentraciones en las que las distintas marcas lo venden.
Para ser más exactos, la UE ha limitado el porcentaje máximo de retinol en un 0,3% para cosméticos faciales y en un 0,05% para los corporales. Todo ello porque, al fin y al cabo, el retinol es un derivado de la vitamina A, una sustancia que nuestro organismo también recibe a partir de otras fuentes, como la alimentación. Además, su uso excesivo podría perjudicar a la salud de la piel, provocando irritaciones, sensibilidad y descamación.
El retinol es un derivado de la vitamina A de acción potente que requiere de un proceso de retinización a la hora de ser introducido en la rutina cosmética
Tal y como refleja la nueva normativa, las marcas cosméticas tienen como fecha límite hasta noviembre de 2025 para adaptarse a estos cambios, pues lo cierto es que muchos de los productos que actualmente se ofertan en farmacias y perfumerías superan con creces estas concentraciones. Algunos retinoides llegan a alcanzar incluso porcentajes del 1%.
RETINOL: BENEFICIOS VS. RIESGOS PARA LA PIEL
A pesar del revuelo generado por la nueva norma de la UE, el retinol no puede considerarse como un activo peligroso. Se trata de un derivado de la vitamina A, un ingrediente cosmético muy potente con acción antioxidante e hidratante, reguladora del sebo, estimuladora del colágeno natural, antimanchas, reductora de los poros e ideal para prevenir el envejecimiento cutáneo. Simplemente hay que utilizarlo de manera controlada y, preferiblemente, bajo las recomendaciones de un dermatólogo.
En el mercado podemos encontrar distintas concentraciones de retinol. Cuanto más alto sea el porcentaje de este ingrediente, más potente y más efectos logra en la piel. No obstante, no todas las pieles aceptan unas concentraciones elevadas y, de hecho, las pieles sensibles o con baja tolerancia a los retinoides podrían presentar irritaciones graves.
La nueva normativa de la UE limita la concentración del retinol al 0,3% para cosméticos faciales y al 0,05% para cosméticos corporales
Por ello, para iniciarse en el mundo de los retinoides, conviene comenzar con porcentajes pequeños, como en un 0,1%, que después vaya aumentando hasta el 0,3%. Y habrá que hacerlo de manera progresiva, por las noches, y alternando varios días en semana para que la piel se adapte correctamente. Es lo que se conoce como proceso de retinización.
Una introducción inadecuada del retinol en la rutina cosmética o sobre pieles con baja tolerancia podría generar reacciones en la piel, como enrojecimiento, mayor sensibilidad, picor o escozor y descamación o pelado. Una irritación que también pueden provocar las concentraciones más elevadas. Además, es muy importante utilizarlo siempre con la aplicación de protección solar diaria, ya que aumenta el riesgo de daño solar, quemaduras e incluso cáncer de piel.
Para evitar estos efectos secundarios, las pieles sensibles, las que tengan alguna lesión y enfermedades cutáneas como la rosácea o dermatitis deberían abstenerse de utilizar este activo. También las mujeres embarazadas o en período de lactancia. Además, quienes estén tomando algún medicamento o recibiendo algún tratamiento profesional para el cuidado de la piel como el láser, deberían consultar siempre con su especialista.
ALTERNATIVAS AL RETINOL
Como alternativas al retinol, existen otros ingredientes cosméticos potentes y con acción similar que podemos introducir en la rutina cosmética. El más popular es la vitamina C, capaz de igualar el tono de la piel, reducir manchas y arrugas y aportarle una hidratación profunda. Asimismo, el bakuchiol es conocido por lograr la misma acción que el retinol, pero de una forma mucho más respetuosa con la piel. La niacinamida también es una buena alternativa, puesto que trata la pigmentación de la piel, unifica el tono y mejora la textura de los tejidos cutáneos, es humectante y sus propiedades seborreguladoras reducen el acné y ayudan a tratar la inflamación de la piel.