Hemos aprendido sobre la importancia de la limpieza extrema en los últimos meses, de eso no cabe duda. Ello lleva a que, aunque muchos de nosotros probablemente nos consideramos bastante pulcros, probablemente no limpiábamos cajas del mensajero en el momento de la entrega, haciendo del hall un completo túnel de desinfección, y tampoco se hacía una limpieza a fondo de casa varias veces a la semana.
Pero... ¡pánico! ¿Qué ocurre con los productos de maquillaje y las brochas? Aunque a menudo se pasan por alto, sorprendería saber las bacterias que crecen y se quedan a vivir en sus superficies. Por ello, algunos expertos comparten consejos sobre cómo mantener el maquillaje y sus instrumentos asociados tan higiénicos como las manos.
¿CUÁNDO Y CÓMO LIMPIAR LAS BROCHAS?
Una regla que a menudo se pasa por alto, pero es extremadamente importante en tiempos de virus, y en épocas de calma, también. Es esencial para tener una buena higiene facial lavar rutinariamente las brochas.
En palabras de Raquel González, directora de educación de Perricone MD, ''recomendamos lavar bien las brochas una vez a la semana, como mínimo. La limpieza frecuente no solo evita la acumulación de bacterias (lo que conduce a brotes), también prolongará la vida útil de tus brochas, a la vez que mantiene el maquillaje en perfecto estado e incluso mejora la aplicación''.
Es esencial para tener una buena higiene facial lavar rutinariamente las brochas
Hay docenas de limpiadores hechos específicamente para cepillos, pero has de saber que ''puedes el limpiador de tu rostro o el propio jabón de manos es perfecto también para ello, eliminando por completo las bacterias'', añade Bella Hurtado desde Aromatherapy Associates.
CUÁNDO TIRAR EL MAQUILLAJE A LA BASURA
¿Esa barra de labios que ya tiene tres años y solo usas para ocasiones especiales? ¡Es hora de tirarla! Todos los productos tienen una fecha recomendada de caducidad en la parte posterior o inferior, que señala el tiempo en el que está en condiciones de uso tras su primera apertura.
''En cuanto abrimos un producto y entra el aire por primera vez, empieza su período de descomposición'', comenta Diana Suárez, directora técnica de RevitaLash Cosmetics, quien señala las fechas fundamentales a tener en cuenta como guía: la máscara de pestañas dura de 3 a 6 meses, los productos de polvo compacto, unos 24 meses, lápices de ojos entre 6 y 12 meses, los labiales hasta 36 meses. A tener en cuenta, Bella Hurtado señala que ''un síntoma de que una crema puede estar pasada, es el olor extraño, o un cambio en la textura, habiéndose separado en fases el producto, dejando por un lado las bases acuosas y por otra las lipídicas''.
ALMACENAMIENTO CORRECTO
Después de aplicar maquillaje o los productos de skincare, hay que asegurase siempre de cerrar frascos y recipientes.
Todos los productos tienen una fecha recomendada de caducidad en la parte posterior o inferior
''Nunca se deben dejar los productos sueltos o abiertos para evitar la entrada de bacterias'', comenta Valeria Navarro, directora técnica de Boutijour. También es mejor almacenarlo, ya que las bacterias a menudo crecen en ambientes más cálidos. Igual de importante será también limpiar los frascos a menudo; no hay que volverse locos y limpiarlos con cada uso, pero cuanto más higiénica esté su superficie, menor riesgo habrá.
EVITAR LA CONTAMINACIÓN DEL PRODUCTO
Algo muy común es utilizar el dedo para coger una dosis de crema, apoyar un dosificador sobre la yema, o tocar con la pipeta de un suero la piel del rostro.
''Son gestos que debemos evitar, por varios motivos: el primero, porque al tocar una superficie, ciertos gérmenes se pueden adherir a la pipeta, por ejemplo, contaminando el producto, de modo que cada vez que lo utilicemos estemos reaplicando posibles fuentes víricas sobre la piel. Además, según qué bacterias, podrían afectar a la constitución del producto, haciendo que se altere en cierto modo la formulación, reduciendo así la eficacia de lo que queramos aplicarnos'', subraya Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
Nunca se deben dejar los productos sueltos o abiertos para evitar la entrada de bacterias
Cuando un producto no tenga aplicador, pipeta o espátula, se podrá usar, por ejemplo, una lima de uñas metálica desinfectada para utilizarla como espátula. ''Si hablamos de una mascarilla, podremos usar alguna brocha o pincel para aplicarla. Esto evitará las bacterias y permitirá una aplicación más homogénea. Siempre lavando después la brocha, claro'', explica Valeria Navarro.
NO COMPARTIR
Dice el refrán que ''compartir es vivir'', y aunque resulta tentador probar la máscara de pestañas de tu compañera de piso, o ahorrar utilizando la misma crema en pareja, es mejor abstenerse. ''Compartir maquillaje o productos de tratamiento puede parecer inofensivo, pero es una manera muy fácil de contraer enfermedades si alguno de los que lo usa tiene una enfermedad de tipo vírico y de fácil contagio'', comenta la experta de RevitaLash Cosmetics. De hecho, es algo que puede ocurrir fácilmente con maquillaje para la zona de la mirada, si se tiene una conjuntivitis, por ejemplo.