La necesidades de la piel y sus características van cambiando con el paso del tiempo y para cuidarla correctamente, debemos adaptarnos a ella.
En las pieles más jóvenes, las células tardan unos 28 días en llegar a la superficie y descamarse. Por el contrario, las maduras necesitan más tiempo, ese es uno de los motivos por el que se acumulan más células muertas.
Los principios activos son unos de los grandes aliados de nuestra rutina 'beauty', en este sentido, los hidroxiácidos son el principio activo perfecto para acelerar la renovación de manera natural y mejorar el aspecto exterior de la piel.
Teniendo en cuenta el tamaño y la solubilidad, existen tres tipos: Alfahidroxiácidos, Betahidroxiácidos y Polihidroxiacidos. Son ácidos orgánicos que se extraen de las frutas verdes y de algunos cítricos. Entre sus principales propiedades encontramos que son grandes exfoliantes y son capaces de disminuir la cohesión entre los corneocitos sin causar su destrucción, permitiendo: aflorar en la piel capas formadas por células más jóvenes, estimular su renovación y limpiar los poros de la piel al retirar las células envejecidas, deshidratadas o con peor aspecto de la superficie de la epidermis.
En las pieles más jóvenes, las células tardan unos 28 días en llegar a la superficie y descamarse. Por el contrario, las maduras necesitan más tiempo, ese es uno de los motivos por el que se acumulan más células muertas
Tegoder Cosmetics pone a nuestra disposición la gama TDC Clinik para dar respuesta a las necesidades de las zonas más problemáticas de nuestra piel. En ella se combinan en perfecta sinergia los principios activos de última generación con extractos naturales.
Más concretamente, Hydroxybionic Gel está indicado como tratamiento de renovación celular apto para todo tipo de pieles, incluso las pieles grasas y con tendencia al acné.
Se recomienda aplicarlo dos veces al día, uno como primer paso de la rutina 'beauty' y el otro como combinación con el resto de activos, lo que hace que se genere un efecto antioxidante. Entre esos activos, podemos destacar:
- Ácido lactobiónico. Activo de última generación obtenido por oxidación del disacárido lactosa. Se trata de una molécula de galactosa unida a otra de ácido glucónico, capaz de promover la renovación celular. Adicionalmente, ayuda a inhibir la producción de radicales libres y a mejorar la función barrera.
- Ácido glicólico. Activo con una larga trayectoria que proviene de la caña de azúcar y que complementa la acción renovadora del ácido lactobiónico a un nivel menos superficial, gracias a su bajo peso molecular. Esto le permite alcanzar niveles más profundos, consiguiendo una mayor estimulación celular dentro del proceso de regeneración de la piel, y proporcionando al mismo tiempo una mayor hidratación, debido a su carácter higroscópico.
- Ácido salicílico. Polvo cristalino liposoluble que corrige la hiperactivación sebácea y evita la proliferación bacteriana, anomalías frecuentes en pieles grasas o con tendencia acnéica, además de ofrecer un aspecto más uniforme.
- Agua de hamamelis. Infusión acuosa con alto poder antioxidante y calmante. Por su contenido en galatos y taninos, es astringente, hemostática y bactericida, mientras que por la presencia de heterósidos flavónicos tiene actividad vasoconstrictora.
- Bisabolol. Proviene del aceite esencial de la flor de manzanilla y ejerce una acción calmante. Además, su poder suavizante y emoliente lo hace fácilmente tolerable por todas las pieles, incluso las más sensibles.
- Vitaminas F y E. La primera, constituida por tres ácidos grasos esenciales, estimula la actividad celular, participa en la barrera cutánea, aporta efecto calmante y evita la pérdida de agua transepidérmica, lo que permite recuperar y mantener el grado de hidratación normal de la piel. La segunda es un gran antioxidante.
- Urbiquinona. Máxima acción antirradicalaria que evita la degradación de elementos estructurales cutáneos fundamentales, como el colágeno y la elastina, responsables de la firmeza y la elasticidad de la piel.