El buen tiempo se ha colado en nuestros días, y disfrutar de momentos al aire libre en familia se convierte en la opción más recurrente para divertir a los más pequeños. Ya sea una escapada a la playa, a la montaña o al parque, nunca podemos olvidarnos de aplicarles un buen protector solar en la piel. Pero, ¿podemos usar para los niños los mismos fotoprotectores que para los adultos? La respuesta es no, debido a que los peques tienen el sistema de defensa cutáneo inmaduro, presentando un 30% menos de espesor epitelial y una capacidad insuficiente para sintetizar la melanina (como mecanismo de defensa), lo que les convierte en personas muy vulnerables al sol.
La salud de la piel de los niños dependerá de los cuidados que se realicen antes de los 18 años, pues es en este tiempo cuando se produce el 80% del daño solar en la piel. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja la sobreexposición al sol de los niños durante su infancia, ya que de esta forma conseguiremos una disminución de los riesgos para la salud cutánea en la edad adulta. Proteger la piel del bebé y del niño de los rayos solares no solo les prevendrá de las quemaduras solares, sino que también contribuirá a prevenir la aparición de afecciones más importantes en su futuro.
En este sentido, la incidencia del sol en los meses de primavera y verano aumentan el riesgo de quemaduras solares. La nariz, las orejas, los hombros o los bracitos de los más pequeños están especialmente expuestos, por lo que necesitan una protección especialmente indicada para ellos, que sea segura, eficaz, duradera, fácil de extender y no menor de un FPS 50. Los expertos en dermatología aseguran que 5 quemaduras solares durante la infancia o, en su defecto, una quemadura que presente ampollas, serán suficientes para duplicar el riesgo de padecer cáncer de piel.
La nariz, las orejas, los hombros o los bracitos de los más pequeños están especialmente expuestos
La dermatóloga Paloma Borregón, doctora en Medicina CUM LAUDE por la Universidad Complutense de Madrid y reconocida divulgadora en medios y RRSS, insiste en la importancia de reforzar la protección durante la infancia, pues ''el uso regular de fotoprotectores antes de los 18 años de edad puede reducir la incidencia del cáncer de piel hasta en un 78%''. El melanoma continúa su ascenso entre la población mundial, ''los casos globales han aumentado casi un 50% situándose en 287.000 casos anuales en todo el mundo, y está demostrado que tener antecedentes de quemaduras solares en la infancia es un factor de riesgo para el desarrollo de melanoma''.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE RAYOS UVA, UVB Y UVC?
La doctora Borregón aclara las diferencias entre los tipos de radiación ultravioleta que provienen del sol.
-Rayos UVA. Son los rayos ultravioletas con más energía, y los que más penetran en la piel (dermis). No suelen producir quemaduras, pero sí una reducción de la efectividad del sistema inmunitario de la piel, provocando un fotoenvejecimiento precoz de la misma, siendo por tanto los principales responsables del envejecimiento cutáneo, además de estar implicados directamente en el cáncer de piel.
-Rayos UVB. Este tipo rayos llegan al suelo con menos energía que los UVA y se quedan en la epidermis (la capa más superficial de la piel). Los UVB son los responsables de las quemaduras, los melanomas y otros tipos de cáncer de piel. Además, pueden producir rojeces, ampollas, hinchazón o daños oculares.
-Rayos UVC. No alcanzan la superficie terrestre gracias a la labor de la capa de ozono.
P20: LA GAMA DE PROTECTORES SOLARES PARA TODA LA FAMILIA
P20 está compuesto por filtros orgánicos que actúan por absorción de la radiación solar ultravioleta. Estos filtros captan la energía incidente y la transforman en otro tipo de energía de longitud de onda diferente, inocua para la piel, es decir, la transforman en calor. Se han escogido filtros orgánicos que, por sus características, han hecho de P20 un producto único.