El poder de la limpieza: transforma tu rostro y prepara la piel para los tratamientos

El uso de un limpiador no solo ayuda a limpiar la piel, sino que también la prepara y trata para recibir mejor los tratamientos posteriores

El limpiador facial prepara la piel para otros productos (Foto. Canva)
El limpiador facial prepara la piel para otros productos (Foto. Canva)
Carmen Bonilla
31 marzo 2025 | 15:00 h
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En el vertiginoso mundo de la belleza, donde los sérums de última generación y las cremas antiedad prometen milagros, a menudo se pasa por alto el pilar fundamental de una piel sana y luminosa: la limpiezafacial. Contrariamente a la creencia popular, no se trata simplemente de eliminar la suciedad superficial, sino de preparar el terreno para que los tratamientos posteriores desplieguen todo su potencial.

"Un buen limpiador no solo limpia, sino que prepara y trata la piel para recibir mejor los tratamientos posteriores. Si usamos el incorrecto, podemos estar dañando la barreracutánea sin darnos cuenta", advierte Esther Moreno, facialista y cosmetóloga experta.

"Un buen limpiador no solo limpia, sino que prepara y trata la piel para recibir mejor los tratamientos posteriores"

UN TRATAMIENTO EN SÍ MISMO

El error más común es subestimar el poder de un buen limpiador. Muchos creen que su función se limita a eliminar la suciedad, pero la realidad es que puede transformar la piel desde el primer paso de la rutina. Un limpiador inadecuado puede deshidratar, alterar el pH y provocar reacciones adversas a los activos aplicados posteriormente."La diferencia entre una piel sana y una que está constantemente reactiva muchas veces está en cómo y con qué la limpiamos", enfatiza Moreno.

La doble limpieza, un concepto cada vez más popular, no consiste en lavar el rostro dos veces con el mismo producto. Se trata de un ritual en dos pasos con texturas y funciones distintas:

  • Limpieza oleosa. Elimina maquillaje, protector solar e impurezas grasas.
  • Limpieza acuosa. Retira células muertas, partículas contaminantes y perfecciona la limpieza, sin alterar la barrera cutánea.

"Hacerlo bien marca la diferencia entre una piel equilibrada y una que se siente tirante, irritada o con tendencia a imperfecciones", explica Moreno.

"Los limpiadores rejuvenecedores tienen una ventaja clave: empiezan a tratar la piel desde la limpieza"

¿CÓMO ELEGIR EL LIMPIADOR IDEAL PARA TU PIEL?

La clave está en identificar las necesidades específicas de cada tipo de piel:

  • Pieles sensibles o irritadas. Optar por limpiadores con ingredientes calmantes como camomila, aloe vera o niacinamida.
  • Pieles grasas o acneicas. Elegir limpiadores con ácido salicílico, prestando atención a la concentración para evitar la deshidratación.
  • Pieles maduras o con falta de luminosidad. Buscar limpiadores con alfahidroxiácidos (AHAs) suaves o enzimas exfoliantes.
  • Pieles normales. Utilizar limpiadores equilibrantes con antioxidantes.

Los limpiadores bien formulados pueden contener ingredientes como extractos botánicos, ácidos exfoliantes, vitamina C o antioxidantes, que tratan la piel mientras la limpian. "Los limpiadores rejuvenecedores tienen una ventaja clave: empiezan a tratar la piel desde la limpieza", afirma Moreno. Sin embargo, no basta con aplicar el producto y retirarlo rápidamente. Es fundamental masajear el limpiador durante al menos un minuto para que sus ingredientes actúen correctamente, y luego retirarlo con agua tibia, nunca caliente.

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