Las mascarillas faciales para el cuidado de la piel del rostro llevan con nosotros desde hace décadas. Algunas de ellas están pensadas para hidratar, otras nutren en profundidad, exfolian, disminuyen la apariencia de los poros y de las manchas… Lo cierto es que ya podemos encontrar multitud de productos para adaptarse a las necesidades de cada uno y la cosmética tampoco deja de innovar para seguir buscando las mejores propiedades para la piel. Una de las últimas innovaciones son las mascarillas magnéticas, ¿habías oído hablar de ellas?
¿QUÉ SON LAS MASCARILLAS MAGNÉTICAS?
Las mascarillas magnéticas son, como su propio nombre indica, unas mascarillas o ungüentos de color negro u oscuro que se aplican sobre la piel de la cara. Su característico color viene dado por su formulación, ya que utiliza minerales con partículas de hierro, unos gránulos magnéticos que crean un campo magnético a nivel celular y se activan mediante la utilización de un imán.
Cuando se aplica la mascarilla, las partículas magnéticas se adhieren a las impurezas y las células muertas de la piel. Tras dejarla actuar durante varios minutos, debe utilizarse un imán para eliminar la mascarilla, llevándose consigo todas las impurezas. Es un proceso de limpieza profunda que ayuda a eliminar la suciedad y las bacterias que obstruyen los poros y provocan distintos problemas.
Además de las partículas de hierro, las mascarillas magnéticas suelen incorporar aceite esencial de lavanda y vitamina E
Uno de los principios activos destacados de la mascarilla magnética es el óxido de hierro. Este mineral es el responsable de generar el campo magnético que actúa sobre la piel y de aportarle, asimismo, propiedades antioxidantes que protegen al tejido cutáneo del envejecimiento. Otra de las sustancias destacadas es el aceite esencial de lavanda, que aparte de dejar un agradable aroma, tiene propiedades calmantes y regenerativas. Algunos de estos productos también suelen contener vitamina E, un potente antioxidante que ayuda a mantener la piel sana y joven.
BENEFICIOS DE LAS MASCARILLAS MAGNÉTICAS
Estas mascarillas, que tienen su origen ni más ni menos en la ya aclamada cosmética coreana, se han convertido en una opción innovadora dentro del cuidado de la piel. Las mascarillas magnéticas triunfan por sus distintas propiedades, y es que limpian profundamente los poros, dejando la piel suave y radiante. Además, ayudan a estimular la circulación, favoreciendo así la regeneración de las células cutáneas y aportándole al cutis un aspecto más joven y saludable.
La formulación de las mascarillas magnéticas también ofrece otros beneficios para la dermis, como la mejora de su elasticidad por la estimulación del colágeno natural, que viene muy bien para mantener a raya las arrugas y las líneas de expresión. Asimismo, equilibran la producción del sebo natural, característica beneficiosa especialmente para quienes tengan pieles grasas o propensas al acné y a los puntos negros. Y, por último, pero no menos importante, cabe señalar que son un producto respetuoso y no agresivo con la piel, así que también pueden utilizarla las pieles más sensibles o propensas a las irritaciones.
Recuerda hacer previamente una prueba de parche sobre una pequeña zona del rostro antes de usar cualquier producto nuevo en tu piel
Hay quienes incluso se atreven a hablar de que estas mascarillas de origen coreano podrían tener aplicaciones terapéuticas con influencia en la salud mental. En teoría, los campos magnéticos generados ayudarían a aliviar la tensión o el estrés gracias a la estimulación de la circulación sanguínea en el rostro y a la reducción de la inflamación en las células. Todo ello resultaría beneficioso para el estado emocional, generando en los usuarios un impacto positivo.
¿CÓMO SE USA LA MASCARILLA MAGNÉTICA?
Para usar correctamente una mascarilla magnética, primero debes limpiar y secar bien tu cara. Esto permitirá que las partículas magnéticas penetren mejor y limpien más profundamente la piel. Después ya puedes aplicar la mascarilla de manera uniforme sobre tu rostro, evitando el contorno de los ojos y los labios. No necesitarás ponerte una capa gruesa de producto, simplemente bastará con una capa fina.
Una vez que la mascarilla esté seca, algo que puede llevar entre 10 y 15 minutos, es hora de la magia magnética. En lugar de lavar la mascarilla como lo harías con una convencional, debes usar el imán proporcionado con el producto para retirar la mascarilla del rostro. Envuelve el imán en un pañuelo de papel o plástico y pásalo sobre tu cara sin tocar directamente la piel. Verás cómo la mascarilla se levanta y se adhiere al imán, dejando tu piel limpia y fresca.
Recuerda siempre seguir las instrucciones del fabricante y hacer previamente una prueba de parche sobre una pequeña zona del rostro antes de usar cualquier producto nuevo en tu piel. De esta forma garantizas la seguridad en la aplicación del producto antes de experimentar un cuidado de la piel único y totalmente nuevo.