La dermatitis atópica es una enfermedad crónica, inflamatoria y recidivante que afecta a la piel. Es predominante en la infancia y muestra un patrón hereditario.
Cursa con brotes intermitentes de distinta intensidad, donde predominan las lesiones eccematosas, que se acompañan de prurito intenso, enrojecimiento, sequedad de la piel, costras y descamación en placas. Todo esto puede dar lugar a la infección por rascado.
Esta patología afecta aproximadamente a 2 de cada 10 niños y un 50% de los episodios remite al llegar a la adolescencia; en los adultos, solo persisten un 20% de los casos.
¿Por qué se produce? En los pacientes con dermatitis atópica se produce un ciclo de retroalimentación positiva. El prurito característico de las pieles induce al rascado. Este, a su vez, produce la inflamación de la piel, que origina más prurito y el ciclo vuelve a empezar.
La dermatitis atópica es una enfermedad crónica, inflamatoria y recidivante que afecta a la piel
Por otro lado, se produce una colonización del estrato córneo por microoganismos (bacterias, hongos y virus) con la consecuente liberación de mediadores inflamatorios, que agravan el prurito.
Asimismo, las pieles atópicas tienen una menor cantidad de ceramidas, lo que provoca un aumento de la pérdida transepidérmica de agua y un aumento de la permeabilidad cutánea a las sustancias exteriores y microorganismos.
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