El corrector es, sin duda, el producto de maquillaje por excelencia. Ya sea con el objetivo de deshacer esa ojera oscura que hace parecer que no has dormido desde 2013, o para enmascarar el granito molesto que ha decidido estallar o inflamarse de más justo antes de una comida o una reunión de Zoom.
Y es que, una beauty bag nunca está completa sin un corrector de confianza o dos (en tonos diferentes) para perfeccionar el rostro. Ahora bien, ¿se le saca todo el provecho que realmente tiene? La cuestión está en que el concealer se puede utilizar de maneras diferentes, por ejemplo, cubriendo manchas o reduciendo el enrojecimiento, como algunos de los usos más obvios.
David Debis, Makeup Artist para Perricone MD, ofrece hasta ocho maneras de aplicarlos para sacar el máximo partido, optimizando así la finalidad de este salvavidas con color. Analizamos de las más a las menos evidentes y explicamos cómo aplicarlo en cada caso.
1. Cubriendo imperfecciones. El uso más evidente, más demandado y más utilizado. Cuando esa indeseada perfección decide hacer su aparición estelar, el corrector se convierte en el mejor aliado posible. "En estas situaciones, siempre recomiendo aplicarlo en lo que denomino como dos fases. Primero, usaremos un pequeño punto sobre el granito y difuminando con la yema de los dedos para crear como un lienzo que se unifique con el tono de la piel. Después, aplicaremos un segundo punto de nuevo en la zona inflamada, aumentando así la cobertura, sellando un poco con la yema del dedo de nuevo", comenta David Deibis.
Cuando esa indeseada perfección decide hacer su aparición estelar, el corrector se convierte en el mejor aliado posible
2. Corrigiendo la mirada. Tanto si se ha dormido mal, se tiene resaca (a quién no le ha pasado), o si se tiene la piel más fina y la ojera es más visible, el corrector viene a salvar la situación. ''Aquí es clave aplicarlo solo en la zona del lacrimal y, desde ahí, ir difuminando. No soy partidario nunca de aplicarlo por todo el contorno o por la mitad de él, ya que esto suele provocar un efecto parche poco natural. Se trata de cubrir, no de disfrazar la mirada", añade el maquillador.
3. Adiós a manchas y rojeces. Tanto por una sobre exposición al sol como por cuestiones hormonales, las manchas suelen empezar a aparecer en la piel a partir de los 20 años. En el proceso de tratarlas, a veces no queda otra más que cubrirlas, lo mismo que ocurre con las rojeces, ahora más presentes de lo habitual por estrés o por el uso de la mascarilla, que afectan a la barrera protectora de la piel. David Deibis comenta que ''aquí, podremos aplica un punto sobre la mancha o la rojez y, en estos casos, recomiendo difundir con brocha, ya que creará un efecto filtro muy natural. Convendrá usar en estos casos correctores que puedan tratar el problema y no solo lo tapen, y también aquellos con SPF, que protegerán la piel de irritaciones solares o futuras manchas''.
4. Prebase labial. ¡Exacto! Cuando un corrector cumple esta función, consigue varios beneficos en uno: facilita el acabado mate, ayuda a que quede fijado y la barra tenga un efecto permanente y, también, podrá corregir imperfecciones en cercanas al contorno de la boca. "Aplicaremos tres puntos en el labio inferior y tres en el superior (izquierda, centro, derecha). Distribuiremos con la yema del dedo índice de manera que quede uniforme. Dejaremos secar un poco y, pasados unos 30 segundos, podremos aplicar nuestra barra habitual", subraya el Makeup Artist.
Tanto por una sobre exposición al sol como por cuestiones hormonales, las manchas suelen empezar a aparecer en la piel a partir de los 20 años
5. Y prebase de sombras de ojos. La misma función que tiene en labios, se puede aplicar al párpado móvil. "Aunque en este caso prefiero aplicar productos específicos, como No Makeup Eyeshadow, diseñado para esta zona. No obstante, en momentos exprés, esta es una gran alternativa. Aplicaríamos en este caso un punto en el centro, cerca de la línea de las pestañas, y difuminaremos con los dedos hacia arriba y los extremos'', manifiesta el Makeup Artist.
6. Como iluminador. "Obviamente, si tenemos un iluminador, será mejor opción, pero esta no es una mala alternativa en absoluto. Lo básico será aplicar un corrector más claro que nuestro tono de piel en el arco de la ceja, la punta de la nariz, el área superior del pómulo y en el arco del labio", detalla David Deibis.
7. Contouring. Para quienes piensan que el contouring está pasado, nada de eso. Sigue siendo tendencia, muchas lo siguen aplicando (aunque no lo reconozcan) y es una opción más que válida para resaltar los volúmenes del rostro. "En este caso, será mejor usar uno o dos tonos más oscuros al nuestro. Lo aplicaremos en el arco de la frente (junto a la línea de salida del cabello), hacia las sienes, y siguiendo la línea inferior del pómulo, en eje de oreja a boda, para después difuminar. También podremos contornear la nariz añadiendo una línea vertical a cada extremo, difuminando de nuevo traes ello", expresa Deibis.
8. Brow Sculpting. El corrector puede ayudar también con tus cejas, como lees. Sobre todo en aquellas cejas menos definidas o poco oscuras, resaltarlas es posible a toque de concealer. "Con un tono más claro del nuestro, haremos una línea siguiendo la ceja, tanto arriba como abajo de ella, y después difuminaremos. Esto aumentará el contraste y creará unas cejas más llamativas y salvajes, como es tendencia'', concluye David Deibis.