Cómo evitar la piel seca en invierno

Cuanto más fina es la piel más riesgo tiene de secarse, porque los capilares están más expuestos y, por eso, sufre más los cambios de temperatura y el frío del invierno

Cuidado de la piel en invierno (Foto. Freepik)
Cuidado de la piel en invierno (Foto. Freepik)
Estetic
28 diciembre 2021 | 15:00 h
Archivado en:

Con la llegada de las bajas temperaturas la piel se vuelve más seca y se ve más apagada, llegándose también incluso a irritar. Esto se debe a que esta recibe menos oxígeno, pues la circulación de la sangre en la piel disminuye por el frío.

Además, cuanto más fina es la piel más riesgo tiene de secarse, porque los capilares están más expuestos y, por eso, sufre más los cambios de temperatura y el frío del invierno. Por esto es tan importante aportar a la piel la hidratación y protección necesaria para que no llegue a secarse y las consecuencias que ello conlleva.

Desde URIAGE nos dan las claves para combatir el frío en invierno y evitar que la piel se seque.

1. Hidrata la piel del rostro a diario, incluso varias veces al día.

Por la mañana, es básico preparar la piel antes de exponerla a las bajas temperaturas ya que el frío provoca que el oxígeno en la piel disminuya, llegando a crear grietas en la piel.  Será esencial utilizar una crema rica que ofrezca activos hidratantes y repare la barrera cutánea de la piel para reforzar.

Por la noche, es el momento perfecto para ayudar a la piel a la regeneración. Para ello, habrá que limpiar el rostro con un limpiador suave, como un aceite o leche limpiadora que no irrite la piel, evitando por completo los exfoliantes o tónicos que contienen alcohol. Por otro lado, habrá que reparar la barrera cutánea de la piel, aportándole hidratación al rostro y mantener así el agua de la piel.

2. Evita los cambios bruscos de temperatura

Al pasar del frío de la calle al calor de la calefacción de un interior aumenta el riesgo de que los capilares se dilaten creando arañas vasculares o que la piel se cuartee. Trata de evitar que la diferencia entre interior y exterior sea tan extrema, protegiéndote del frío en la calle y no teniendo una temperatura en casa demasiado alta. Así también evitarás resfriados.

3. No olvides hidratar tus labios

La de los labios es una de las pieles más finas y desprotegidas del rostro, por lo que se deshidratan con facilidad. Esto se debe principalmente a lo fina que es esta piel y a su bajo contenido en melanina. Otro factor que influye en la sequedad de los labios es la mascarilla, ya que la saliva se evapora rápidamente en el interior de la mascarilla haciendo que la capa superior de los labios se reseque, irrite e incluso agriete.

Cuanto más fina es la piel más riesgo tiene de secarse, porque los capilares están más expuestos y, por eso, sufre más los cambios de temperatura y el frío del invierno

E incluso cuando no llevamos la mascarilla. Tendemos a humedecer los labios y esta humedad reacciona con el frío del invierno. Para protegerlos del frío utiliza un bálsamo que ofrezca protección durante todo el día todas las veces que sea necesario.

4. Evita los baños con agua muy caliente

En invierno apetece darse baños y duchas de agua bien caliente, pero esto provoca sequedad en la piel al deshidratarla con el calor. 

5. Protege la piel del sol

Aunque no lo creamos, en invierno los rayos ultravioletas son tan perjudiciales como en verano, por eso no hay que dejar de usar protección solar. Y es que, a pesar de que el sol parece que se esconde tras las nubes los días de mal tiempo y que es menos potente, sus rayos siguen incidiendo sobre la piel.

Llevar gafas de sol también ayuda a protegerte, sobre todo en la piel de alrededor de los ojos que es especialmente delicada y fina y se arruga con más facilidad.

6. Hidrata la piel del cuerpo

La loción corporal también es esencial en invierno, sobre todo en zonas como los codos y rodillas. Las piernas necesitan una hidratación mayor al igual que los codos y rodillas, ya que la sangre circula más lenta debido al frío, haciendo que la piel se seque.

Por ello, aplica una loción corporal para hidratar y nutrir la piel después de la ducha. De esta forma, se refuerza el manto hidrolipídico y se frena la salida de agua de la piel. 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído