Si cuidar la piel es importante, cuidar la piel atópica lo es más todavía, sobre todo cuando quienes la padecen son los bebés. Y es que, la piel atópica es una afección cutánea crónica que afecta a uno de cada cinco bebés, al 20% de los niños y a un 15% de la población adulta.
El estilo de vida, agentes externos o ambientales, así como factores hereditarios están provocando que cada vez haya más niños con alergias, afecciones o lesiones cutáneas. De hecho, un 30% de las consultas dermatológicas son por dermatosis inflamatoria.
En este sentido, los síntomas más frecuentes de una dermatitis atópica son sequedad de la piel, la aparición de inflamaciones, enrojecimientos y otras lesiones que conllevan un picor intenso.
Para el tratamiento de esta afección se recomiendan los emolientes para proporcionar a la piel una sensación duradera de máxima comodidad. Además, hay que tener en cuenta la forma, la gravedad y las posibles complicaciones
Esta solución, apta para toda la familia, hará que este invierno la piel aterciopelada se mantenga toda la estación. Su aplicación es sencilla y su rápida absorción permite vestirse inmediatamente. Además, está especialmente indicado para aquellos con piel atópica, ictiosis, xerosis o psoriasis. Este tratamiento aliviará los síntomas y proporcionará 48 horas sin reincidencia.