"El fotoprotector solar es algo universal, que se tiene que usar desde niños", es, además, según la dermatóloga Ana Molina, "el mejor regalo que le podemos hacer a nuestros hijos".
Como todos sabemos (o deberíamos saber), la piel tiene memoria y, según numerosos estudios, "hay que asegurar una buena fotoprotección en los primeros 20 años de vida, ya que es lo que más se ha relacionado con el cáncer de piel en la edad adulta".
En este sentido, la doctora Molina, explica en el podcast 'La Huella de la Piel', que si tuviera que elegir un solo producto que llevarse a una isla desierta sería "el protector solar, y si me dejan un apellido, con antioxidantes".
Y es que, pese a que se esté demonizando un poco a los dermatólogos por su cruzada contra el sol, Molina especifica que "el sol es beneficioso en todos los órganos de nuestro cuerpo y tenemos que tomarlo, pero lo tomamos en brazos, piernas, a unas horas determinadas..."; sin embargo, "en la cara no es negociable".
"Si queremos tener una buena salud, tenemos que evitar el sol en determinadas zonas" y una de estas zonas sería la cara, que, al fin y al cabo, es el reflejo del alma y nuestra carta de presentación, y el sol en la cara "es lo que más fotoenvejece", recuerda la dermatóloga.
Por tanto, no hace falta irse a una isla desierta para usar protector solar, en el día a día, en el campo, la ciudad o la playa; en cualquier lugar y a cualquier hora, todos deberíamos utilizar protección solar, porque "conseguir que todos se sumen al carro de la salud de la piel es crucial".