¿Usas demasiada crema o sérum? Esta es una pregunta común en el mundo del cuidado facial. Si bien la dedicación a nuestra piel es importante, la cantidad de producto que aplicamos juega un papel crucial. Usar demasiado o muy poco puede afectar los resultados y, en algunos casos, incluso dañar la piel. La farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición, nos ofrece una guía definitiva para encontrar la cantidad perfecta y optimizar nuestra rutina de belleza.
La piel del rostro es una barrera protectora sensible a factores externos como el clima y la contaminación. Como explica Belén Acero, "la función principal de una crema facial es hidratar la piel y evitar la pérdida transepidérmica de agua. Este fenómeno, que aumenta con el paso de los años, hace que la piel se vuelva más seca y acelera su envejecimiento, provocando además sensibilidad en algunos casos”.
"La función principal de una crema facial es hidratar la piel y evitar la pérdida transepidérmica de agua"
Si bien la hidratación es fundamental, las cremas faciales también ofrecen otros beneficios, como tratamientos antiedad, antimanchas, antiarrugas y soluciones para problemas específicos como el acné o la dermatitis. Los sérums, por su parte, son fórmulas concentradas diseñadas para penetrar profundamente y abordar problemas concretos. Sin embargo, la cantidad correcta es esencial tanto para cremas como para sérums.
LA DOSIS IDEAL: SÉRUMS Y CREMAS
La cantidad adecuada depende del formato y la concentración del producto. Para los sérums, que siempre se aplican sobre la piel limpia y seca antes de la crema, la dosis recomendada es mínima debido a su alta concentración de activos. Belén Acero recomienda "aplicar solo unas 4 gotas en caso de ser un sérum líquido o dos o tres ‘pumps’ si tiene una textura en gel o cremigel". Su textura ligera permite una fácil distribución en rostro, cuello y escote.
Para las cremas, la cantidad varía según el envase. "Si la crema viene en un frasco con bomba, uno o dos ‘pumps’ suelen ser suficientes; en envases de tubo o tarro, la cantidad ideal sería el tamaño de una o dos almendras, más o menos”. Las cremas con SPF, como los protectores solares, requieren una mayor cantidad para asegurar una protección efectiva contra los rayos UV. La farmacéutica sugiere "aplicar un poco más, aproximadamente el equivalente a una línea de producto a lo largo de los dedos índice y corazón". Como referencia, un frasco de 50 ml debería durar más de dos semanas.
CONSECUENCIAS DEL EXCESO DE PRODUCTO
Un error común es pensar que más producto significa mejores resultados. Sin embargo, "saturar la piel de producto no lo hace más eficaz", afirma Belén Acero. En el caso de las cremas hidratantes, el principal inconveniente es el desperdicio y una piel con aspecto brillante y pesado.
Con ingredientes más potentes, como el retinol o los ácidos (AHA, ácido salicílico, etc.), el exceso puede tener efectos negativos, como irritaciones o enrojecimiento. "Con los ácidos y retinoides, es esencial aplicar solo la cantidad justa para evitar irritaciones. No se trata de aplicar más, sino de ser constante en el uso", advierte la farmacéutica. El uso excesivo de múltiples productos con ácidos o activos fuertes puede alterar la barreracutánea, aumentando la vulnerabilidad a irritaciones y sensibilidad. Ante la duda, es mejor comenzar con una cantidad mínima y observar la reacción de la piel, aumentando gradualmente si es necesario y bajo la supervisión de un experto.
"Los cosméticos no multiplican sus efectos si aplicamos más cantidad"
El "overbooking cosmético" ocurre cuando se aplican demasiadas capas de producto (loción, sérum, contorno de ojos, crema de día, protector solar), impidiendo la correcta absorción y saturando la piel. Esto puede obstruir los poros, causando acné cosmético y puntos negros, además de disminuir la eficacia de los activos.
Esto no significa renunciar a una rutina completa, sino aplicar la cantidad justa de cada producto y elegir aquellos que realmente se adapten a las necesidades de la piel. El objetivo es una piel saludable y fresca, no una capa visible de producto.
Belén Acero concluye: “los cosméticos no multiplican sus efectos si aplicamos más cantidad. La calidad del producto y la constancia son lo que realmente importa. Aumentar la cantidad solo tendrá como resultado un gasto innecesario y una piel sobrecargada. Usar cosméticos de calidad en las dosis recomendadas es más efectivo y beneficioso a largo plazo que abusar de ellos”. La clave está en la moderación, seguir las indicaciones de cada producto y consultar a un especialista en caso de duda. En el cuidado de la piel, menos es más.