Existen un montón de cosméticos en el mercado que tienen como objetivo cuidar nuestra piel, pero ahora hay unos específicos que son tendencia y que a lo mejor todavía no conoces.
Se trata de los cosméticos waterless, unas fórmulas anhidras (sin agua en su composición, como algunas cremas y serums, los aceites o el maquillaje en polvo) que suelen ser más concentradas y necesitan menos conservantes puesto que el agua es el 'caldo de cultivo' de bacterias y hongos.
''Las fórmulas waterless no incluyen agua en su composición. Estos productos se benefician de los activos o extractos liposolubles, que son los que se disuelven en una base grasa. No son una novedad en el concepto, ya que existen desde que se le ha dado uso cosmético a aceites, mantecas o jabones sólidos, pero cada día aparecen nuevas propuestas o se les atribuyen nuevas bondades'', explica Eva Raya, cosmetóloga y co-creadora de la firma natural Premium Alice in Beautyland.
Estos productos se benefician de los activos o extractos liposolubles, que son los que se disuelven en una base grasa
Pero entonces, el agua que viene en los productos, ¿es un relleno? ''En absoluto. Hay una inclinación a pensar que el agua en un cosmético no sirve para nada o se incluye para abaratar. Nada más lejos de la realidad. Aunque seguro habrá excepciones, partimos de la base de que cualquier firma cosmética busca la consecución de un buen producto, con agua o sin ella'', señala la experta.
En este sentido, el agua en los productos cosméticos está por una buena razón, y es que, al igual que hay activos liposolubles, también los hay hidrosolubles, los que se diluyen en una base acuosa. Y nada mejor que el agua purificada para este cometido. Existen activos tan potentes que es necesario diluirlos para poder utilizarlos de forma segura o evitar la saturación en la piel desencadenando un efecto contrario, y los porcentajes de agua suelen estar muy estudiados para conseguir el mejor resultado o el efecto más poderoso en cada caso.
En definitiva, ''los productos sin agua como cremas anhidras, aceites, mantecas y serums están pensados para utilizarlos diariamente en proporciones pequeñas o en cantidades más grandes de forma puntual, pero para mantener el manto hidrolipídico de la piel sano, necesitamos también de productos con base acuosa, ya sea con agua o un sustituto de la misma'', concluye la cosmetóloga.