En primavera y en verano aumentan los casos de alergia en la piel debido a la presencia de aeroalérgenos como el polvo, el polen o las plumas, así como de tóxicos como productos químicos. La contaminación ambiental también es un factor que contribuye a la irritación de las pieles más sensibles.
En este sentido, las alergias se suelen asociar con las dificultades respiratorias, sin embargo, también están relacionadas con las dermatitis de alta prevalencia como la piel seca, costras, descamación y eritemas.
En los niños, lo más frecuente es el eczema, una afección cutánea no contagiosa pero dolorosa que consta de dos fases. La primera fase es activa y durante esta, la piel está seca, irritable y escamosa. La segunda fase es inactiva y de ''brote'', y en la que se debe aliviar el picor y calmar la inflamación.
¿Por qué ocurre esto? Por la mayor permeabilidad de la barrera cutánea que hace que la piel se reseque y que sea proclive a la irritación y a la inflamación por muchos factores. Esta secuencia se llama atopía.
La gama contiene ingredientes naturales como la avena, la caléndula, la miel, el bisabolol, la manteca de karité, el aloe vera o los aceites de algodón y almendras dulces.