El uso constante de la mascarilla y el roce con la piel provoca irritaciones y rojeces, pero ¿qué ocurre si de forma natural la piel ya sufre alguna patología? La empeora.
Y es que, está demostrado: la utilización de mascarillas puede empeorar los problemas de la piel que ya existen o causar otros nuevos. Si a esto, además, le añadimos el calor y la humedad del verano, los efectos se pueden agravar. Un ejemplo de ello son los brotes de rosácea, de dermatitis atópicas o seborréica y lo que hoy llamamos Maskné: el acné que se produce o agrava por el uso de la mascarilla.
Sabemos que es provocado por este elemento debido a la zona donde aparecen las denominadas ''espinillas'' que se causan por: al aumento de secreción sebácea que, por lo tanto, produce más sebo; la hiperqueratinización, que bloquea el poro, por lo que el sebo queda atrapado en el poro; y cuando en ese poro cerrado y lleno de sebo se genera un ambiente anaerobio que favorece el sobrecrecimiento bacteriano... siendo el sospechoso habitual de la formación de esa espinilla el cutibacterium acnes.
La utilización de mascarillas puede empeorar los problemas de la piel que ya existen o causar otros nuevos
El constante roce de la mascarilla con la piel, el sudor, el ambiente húmedo generado por la saliva y el aliento en el interior de la mascarilla, va a generar ese microambiente que hará que la hiperqueratinización se desarrolle y el poro quede cerrado.
Por ello, desde MIA Cosmetics Paris han preparado algunos consejos para prevenirlo. Por un lado, señalan que hay que darle importancia a la limpieza facial. En ocasiones se utilizan demasiados productos de belleza y se combinan distintas marcas o ingredientes sin conocer si son los que realmente necesita el tipo de piel. Se puede mantener una rutina simple pero siempre será mejor que sea una rutina establecida donde los distintos productos se complementen. También es muy importante realizar siempre la limpieza con agua tibia.
Asimismo, aconsejan seguir tres pasos para una rutina que ayuda a prevenir el Maskné y que consiste en seguir la doble limpieza facial y terminarla con un sérum que hidrate y nutra. Así, en el primer paso hay que utilizar Cornflower cleansing oil que, gracias a su fórmula ligera, retira impurezas y restos de maquillaje.
En el segundo paso se den usar los MIA Pads, limpiadores con una doble cara, una parte suave para limpiar el rostro que se activa con agua. La fórmula contiene papaína y ácido glicólico. Además, tiene propiedades hidratantes y renovadoras.
Para el tercero paso, usar Flowell Face Serum, una colección de 4 sérums infusionados con pétalos de flores y el activo stop-aging Clotholine. Dependiendo del tipo de piel podrás encontrar el mejor para la tuya: Calendula Face Serum para pieles sensibles, Rose Face Serum para pieles normales, Pink Helychrisum Face Serum para pieles mixtas o grasas y Cornflower Face Serum para pieles secas.