Lucir una piel joven, sana y bonita no siempre entiende de edades, pero sí de factores externos. El doctor Jaime Tufet, director de la Clínica Tufet de Barcelona, señala, además de a la herencia genética, al exposoma como el principal elemento que afecta al envejecimiento de la piel. ''Entendemos por exposoma todos aquellos factores externos y modificables, como la radiación solar, el calor o el frío, el ruido, el tabaco, así como otros agentes ambientales nocivos'', explica el experto.
No obstante, es posible atajar estos síntomas prematuros gracias a la aparición de técnicas y terapias accesibles y eficaces. El doctor constata una creciente demanda en los tratamientos estéticos para el rejuvenecimiento de la piel y subraya que ''los pacientes cada vez están más informados y buscan soluciones que no son visibles inmediatamente''. En cuanto a su perfil, este lo identifica como un ''paciente I'', una persona formada que adopta la ''innovación'' en su rutina diaria, que sabe gestionar las expectativas y no es cortoplacista.
Añade que ''este paciente I se inclina por tratamientos sin huella estética y, por todo ello, la terapia con fluorescencia de Kleresca Skin Rejuvenation cumple a la perfección con los requisitos, mejorando la función y alargando la belleza de la piel''. En la clínica de este especialista el tratamiento de Kleresca se incluye en la categoría de ''prevención proactiva'' del envejecimiento.
Lucir una piel joven, sana y bonita no siempre entiende de edades, pero sí de factores externos
En este sentido, inspirado en la fotosíntesis, Kleresca Skin Rejuvenation estimula los procesos biológicos propios de la piel al trabajar a nivel celular, incrementando la producción de colágeno hasta un 400%. Según el doctor Tufet, ''el deterioro de nuestro sistema biológico implica la disminución de la coherencia de nuestras células sanas, que son las que emiten ondas luminosas de forma rítmica. En este caso, la terapia con fluorescencia trabaja en la coherencia de nuestra luz celular''.
Así, Kleresca Skin Rejuvenation utiliza la fluorescencia para activar las células que producen el colágeno de la piel. La técnica empleada consiste en aplicar un gel fotoconversor especialmente formulado sobre la piel del paciente, que debe colocarse bajo la lámpara Kleresca. Cuando la luz azul incide sobre el gel, los cromóforos contenidos en él convierten la luz en fluorescencia que penetra en la piel a diferentes longitudes de onda y estimula la producción de colágeno a nivel celular.
Este tratamiento puede utilizarse en el rostro, cuello, escote y manos, y reduce el tamaño de los poros, las arrugas finas y las cicatrices, dejando la piel revitalizada con un brillo natural. Como apunta el doctor, el resultado es ''una mejora a nivel de fotoenvejecimiento'', cuyo efecto sigue notándose tiempo después de la finalización del tratamiento.
El protocolo estándar de Kleresca Skin Rejuvenation es una sesión semanal durante cuatro semanas. La duración de la sesión es de nueve minutos bajo la lámpara, siempre bajo la supervisión de un especialista. Además, la terapia con fluorescencia no es fotosensibilizante, por lo que otra de las ventajas evidentes de Kleresca Skin Rejuvenation es que se puede aplicar en cualquier momento del año, incluso durante el verano, es compatible con otros tratamientos y no requiere tiempo de recuperación.