Maquillada sí, pero con un look fresco y juvenil ''a cara lavada'' en el que no se detectan los productos empleados. Y es que, desde que naciera como tendencia de maquillaje minimalista, el nude se ha consolidado como propuesta versátil por su resultado perfecto, natural y resplandeciente, a prueba de zooms indiscretos.
Pero, ¿cómo simplificar tu rutina de maquillaje y conseguir un nude luminoso? Desde Alice in Beautyland nos dan las claves.
1. Concentra tus esfuerzos en la piel. El lienzo es el protagonista declarado del look. Contamos con un referente estético: la pintura renacentista. El objetivo es unificar tono y textura de la piel más que maquillarla. Elige una base muy parecida a tu tono natural o un tono más claro. Aplícalo uniformemente con los dedos o con una esponja húmeda, si la base es fluida, para un resultado más natural. Si se trata de maquillaje mineral, con una brocha de buena calidad conseguirás cobertura ''efecto aerógrafo''. Emplear un 'primer' como paso previo te ayudará a evitar brillos, mantener el maquillaje y conseguir una piel más uniforme.
2. Ve hacia la luz. La clave de una piel resplandeciente es que refleje bien la luz. Para ello, ayúdate con el iluminador difuminando un poco de producto en las zonas en las que esta impacta de manera natural: bajo las cejas, en el centro de la frente, sobre las mejillas, en el arco de Cupido y en el tabique nasal. Sellar el maquillaje con polvos minerales aportará un plus de luminosidad y hará que tu maquillaje dure más.
3. Naturalidad ante las sombras de ojos. La máscara y el lápiz de ojos son bienvenidos, pero siempre sutiles y de trazo delicado. El marrón te dará un resultado más suave que el negro. En cuanto a las sombras, destierra los colores de fantasía y opta por la paleta que ofrece la piel humana: marrones, rosas, ocres... incluso nacarados. Aplícalos con discreción hasta que se fundan con el párpado, como si quisieras cubrir tus ojos con un velo.
4. Rubor infantil. El colorete consigue dar dimensión a un rostro que, de lo contrario, podría resultar demasiado plano. En el nude, se trata de recrear un tono lo más natural posible. Si tienes la piel clara, escoge un tono rosa. Si eres morena, te favorecerá un tono marrón, y si eres pelirroja o cobriza, puedes optar por un colorete coral. Difumínalo bien para que se funda con la base.
5. Brillo a pedir de boca. La opción más canónica es un labial gloss en un tono neutro o un poco más oscuro que el de tu piel para crear contraste y conseguir un look saludable.