Los aceites vegetales cada vez se usan más en cosmética, tanto como parte de la composición de cremas y otros productos, como por sí solos, por sus numerosos beneficios.
La farmacéutica Rocío Escalante, titular de Arbosana Farmacia y experta en dermofarmacia, nos desvela los secretos de estos ingredientes.
Los aceites de origen vegetal están formados por ácidos grasos y contienen también vitaminas. Se emplean por su función emoliente, para mejorar la función barrera, y también por otras acciones: cicatrizantes, calmantes, antiinflamatorias, antioxidantes… Entre ellos algunos de los más utilizados en cosmética son los aceites de argán, jojoba y rosa mosqueta.
Los aceites vegetales cada vez se usan más en cosmética, tanto como parte de la composición de cremas y otros productos, como por sí solos, por sus numerosos beneficios
-Aceite de argán. Se obtiene mediante presión de las semillas del fruto del árbol de Argán (Argania spinosa), que crece en Marruecos. Se le conoce como ''oro líquido''. Destaca por sus altas dosis de vitamina E y polifenoles, por lo que es un excelente antioxidante. También contiene vitamina A, además de los ácidos grasos. El aceite de argán hidrata y nutre en profundidad. Tiene propiedades bactericidas y fungicidas. Destaca por su efecto antiarrugas, gracias a los antioxidantes. Además, calma y suaviza la piel y tiene capacidad regenerante, por lo que ayuda a mejorar las cicatrices. Se puede usar en la piel, en las uñas y en el cabello.
-Aceite de jojoba. Se extrae de las semillas de un arbusto pequeño original de Estados Unidos y México, llamado Simmondsia chinensis. Es un aceite hidratante, calmante, antioxidante, que se puede utilizar tanto en la piel como en el cabello. Contiene vitamina E, A y D, antioxidantes y ácidos grasos. Sus propiedades similares al sebo de nuestra propia piel lo convierten en un aliado excelente para la hidratación y nutrición de todas las pieles, y especialmente, las secas. Además, la jojoba es antibacteriana, antifúngica, antiinflamatoria e hipoalergénica.
-Aceite de rosa mosqueta. Se obtiene a partir de las semillas de la planta rosa mosqueta que crece principalmente en la cordillera de los Andes entre Chile y Argentina. Su composición, rica en ácidos grasos esenciales, pero también en vitaminas A, C o B1 y B2, y antioxidantes, le otorgan al aceite de rosa mosqueta enormes beneficios para la piel. Es un potente regenerador, ayudando en el proceso de cicatrización, y minimizando marcas en la piel, incluidas las estrías y las marcas del acné. Nutre en profundidad la piel, combatiendo las arrugas y líneas de expresión. Suaviza y reduce las manchas en la piel. Previene el envejecimiento prematuro y favorece la elasticidad y firmeza de la piel, ya que mejora la síntesis de colágeno.