Quienes tienen la piel sensible han encontrado en el aceite de almendra uno de sus grandes aliados. Se trata de un aceite de origen natural, fino, ligero y con una alta tolerancia cutánea. Es ideal para pieles sensibles, ásperas, secas y descamadas.
Se caracteriza por un alto contenido en ácidos grasos insaturados, tales como el aceite y el ácido linoleico. Un fruto seco, que aporta más beneficios para nuestra piel de los que nos podemos imaginar:
- Previene la aparición de estrías y mejora la elasticidad de la piel.
- Suaviza las arrugas
- Ayuda a curar heridas y quemaduras. Su función hidratante hace que se pueda lograr recuperar la piel en poco tiempo.
- Fortalece las pestañas y reduce la oscuridad de las ojeras con un simple masaje en la zona del contorno de los ojos.
Desde Weleda han desarrollado un conjunto de productos orientado a las pieles más sensibles.
Leche limpiadora calmante. Producto apto para veganos e ideal para las pieles sensibles. Cuenta entre sus ingredientes con aceite de ciruela y almendras dulces. Limpia en profundidad y prepara la piel para futuros tratamientos. Entre sus principales beneficios se encuentran: restaura el equilibrio hidrolipídico de la piel y esta testado dermatológicamente. Se debe aplicar mañana y noche en la zona del rostro, cuello y escote con las yemas de los dedos o incluso con un algodón. Aclarar con agua tibia o retirar con un algodón humedecido y evitar el contacto directo con los ojos.
Crema facial calmante. No tiene perfume. Su formula cremosa, con aceites de almendra dulce biológico y hueso de ciruela refuerzan la barrera protectora de la piel, hidratando y fortaleciendo la piel seca y sensible. Algunos de sus beneficios son:reduce la sensación de tirantez e irritación, nutre y protege, apto para ponérselo tanto de día como de noche y esta testado dermatológicamente. Aplicar mañana y noche en rostro, cuello y escote tras la limpieza. Ideal como base para el maquillaje.