Ya que estamos inmersos casi en el verano y que hemos hecho el cambio de armario, nos hemos preguntado cómo debemos cuidar correctamente nuestros pies de cara a las altas temperaturas y el calzado plano. Durante estos meses del año, van a estar más expuestos al polvo, al agua de playas y piscinas, a la suciedad, al sudor y a otros agentes que pueden perjudicar a su estructura y piel, así que hay unas recomendaciones que podemos seguir.
Para seguirlas al pie de la letra, hemos hablado con Claudia Portavella, Product Manager en Sensalia Labs. Según la experta, entramos en la época del año en la que generalmente pasamos más tiempo expuestos al sol y aunque tiene numerosos beneficios, esto “también puede afectar directamente a la salud de nuestra piel y, sobre todo, a la zona de los pies y las manos”.
"Es imprescindible aplicarse crema solar en la zona de los pies para evitar quemaduras y que nos proteja de las radiaciones más nocivas"
El cambio del calzado plano al abierto es uno de los hechos que más nos pasan factura, ya que los pies están “en contacto permanente con los agentes externos como la arena, el cloro, la sal, el sol y la contaminación o incluso el suelo si andamos descalzos”, explica. Si somos de esas personas a las que precisamente nos gusta caminar sobre la arena de la playa, la salud de nuestros pies puede verse comprometida por las rocas, las piedrecitas de la orilla del mar o las largas distancias, dice Claudia, pudiendo generarnos grietas, durezas y callos.
Además, en verano las radiaciones solares son más intensas y pueden intensificarse problemas como la sequedad, las arrugas y las manchas. La sal del mar o el cloro de las piscinas también pueden contribuir a esa deshidratación. Por lo que si bien debemos mantener una rutina durante todo el año, “el cuidado de los pies debe reforzarse de en verano, ya que es la época en la que están más expuestos a los factores agresores”.
¿CÓMO DEBEMOS CUIDAR NUESTROS PIES EN VERANO?
Para garantizar el bienestar de nuestros pies, la experta nos ha dejado una serie de consejos que debemos incorporar especialmente durante los meses de calor: debemos limpiarlos con un jabón de pH adaptado a nuestra piel, después masajearlos para activar el flujo sanguíneo y aplicar una mascarilla formulada con los ingredientes que atiendan a nuestras necesidades (antiinflamatorios, antiirritantes, para eliminar grietas…). Posteriormente, dejamos que se absorba el producto durante 3-5 minutos.
Claudia también nos recuerda que es recomendable dormir con los pies sin calcetines para “asegurar que están en contacto directo con el aire” y que es imprescindible el uso de crema solar en ellos, pues esta parte del cuerpo sigue estando expuesta a los rayos de sol cuando nos vamos a la playa, a la piscina o cuando usamos sandalias. De hecho, el contacto continuo con la arena, el césped, los zapatos o el agua hará que la protección desaparezca de forma más rápida, así que habrá que reforzar la aplicación de crema solar en esta zona.
ATENCIÓN A LAS INFECCIONES DE LOS PIES
Durante los meses de verano pasamos más tiempo en las piscinas, en lugares en los que hay mucha gente y en los que proliferan todo tipo de bacterias, hongos y virus. “Las altas temperaturas y la humedad son el caldo de cultivo perfecto para que se mantengan los microorganismos por mucho tiempo”, dice Claudia, así que corremos un alto riesgo de que nuestros pies desarrollen una verruga plantar, papiloma o pie de atleta.
"El pie de atleta se puede extender a las uñas y causar una onicomicosis"
Para prevenir cualquiera de estas infecciones y no sólo cuidar de nuestra salud, sino también de disfrutar plenamente de las vacaciones, la experta recomienda no caminar descalzos por superficies húmedas y utilizar siempre las chanclas. Tampoco compartir zapatos, calcetines ni toallas, así como mantener una buena higiene de las chanclas, toallas, manguitos, etc.
Por otro lado, hay que garantizar la limpieza y secado de los pies, evitando que queden zonas húmedas en las que puedan proliferar hongos o virus. También vendrá muy bien la desinfección de los zapatos o sandalias con productos específicos para eliminar cualquier microorganismo con el que hayamos podido estar en contacto. Todos estos hábitos, acompañados de la constancia, nos permitirán disfrutar de unos pies sanos y mucho más bonitos.